_
_
_
_
_

Cellbudy, Infantium y Alima triunfan en 4YFN

Doscientas 'start ups' buscaron financiación en el reciente MWC de Barcelona

La israelí Cellbudy, la española Infantium y la francesa Alima son las tres start ups premiadas en 4 Years From Now (4YFN), el encuentro de emprendimiento celebrado en el Mobile World Capital Barcelona, que reunió durante tres días a 2.300 participantes, incubadoras y aceleradoras provenientes de 55 países.

Medio centenar de sociedades de capital riesgo de todo el mundo han mostrado su apoyo al emprendimiento. Cerca de 200 empresas de 50 países participaron en el consurso de 4YFN. La israelí Cellbuddy fue la ganadora del concurso y recibirá, además de una recompensa económica de 20.000 euros en diferentes servicios, un viaje a Silicon Valley y el acceso a varios proyectos de aceleración.

Cellbuddy ha desarrollado una tecnología inalámbrica que permite autentificar las identidades de los usuarios ante los proveedores de servicios móviles. Así pueden moverse de país en país sin tener que preocuparse de cambiar de tarjeta SIM y saltar de un operador a otro.

El segundo premio ha recaído en la española Infantium, un sistema de aprendizaje personalizado que se adapta a las necesidades de cada niño. La francesa Alima ha logrado el tercer puesto. Alima ha diseñado un dispositivo inteligente capaz de monitorizar y analizar la calidad del aire de cualquier espacio habitable, para proporcionar alertas, recomendaciones y pronósticos que nos permitan mejorarla.

Pero al margen de los premiados, hay muchas más ideas. "Me fui a estudiar a Harvard y un dia vi un vídeo en Youtube de uno de los fundadores de Google. Iba en el metro de Nueva York con las Google Glass y en ese momento supe que yo quería formar parte de ese proyecto", explica Jordi Boza. "Decidí que montaría mi propia empresa (ig glas). Fui a la presentación que hicieron en San Francisco, invertí 1.500 dólares en comprar mis primeras Google Glass y desde entonces me dedico a hacer aplicaciones para ellas".

A Boza, de 46 años de edad, la crisis inmobiliaria le impactó de lleno. Trabajaba en la dirección general de Metrovacesa una empresa con miles de empleados que cotizaba en bolsa y, de un día para otro, tuvo que reinventarse. "Lo que es tan especial de las gafas frente a otros dispositivos inteligentes como los relojes o los móviles es que te regalan la libertad para utilizar las dos manos. Puedes grabar, navegar por internet, compartir lo que estás viendo y mil y una cosa mas. Son una nueva manera para ver el mundo".

"Hemos desarrollado aplicaciones para entidades financieras para acceder al cálculo de cambio de moneda o localizar oficinas y también de realidad aumentada para mejorar la experiencia de visitas a lugares turísticos de personas discapacitadas", dice Boza. "En it glas, somos dos empleados y 14 becarios que vienen de la facultad de ingeniería e informática de la UPC y la UMB. Me encantaría inventar el Candy crush de las Google Glass, desarrollar una aplicación que te haga sonreír cada día.

"A mí me gusta sobre todo grabar vídeos que luego publico en Youtube. Me permite investigar nuevos usos para nuevas situaciones. Por ejemplo, estar esquiando y poder consultar el estado de las pistas. Estoy convencido que, en muy poco tiempo, todos llevaremos unas Google Glas de la misma manera que llevamos un móvil. Creo que el futuro es de todo lo relacionado con tecnología 3D y móviles. A los relojes no les veo mucho recorrido".

Nicko Lopez tiene 34 años, su madre es colombiana y su padre es catalán y él nació en Venezuela. El se define como un activista creativo. Su cara se ilumina de ilusión cuando te habla de su proyecto: Miracle. "Yo vendía cosas que la gente en realidad no necesita. Era director creativo de una de las agencias de publicidad mas importantes de latinoamérica. En diciembre del 2013 lo dejé para montar mi sueño. Soy un activista creativo.

"Sueño con hacer milagros", dice López. "Ayer hicimos uno. Dimos voz a los venezolanos a través de una fotografía de Spencer Tunick. Estamos muy emocionados porque esta fotografía ya está dando vuelta al mundo. "Estamos a punto de conseguir que un señor de 61 años se reúna con su hija en México. Lo hacemos a través de recaudar fondos via crowdfunding".

La misión de Di-An parece fácil, "conseguir que, cada día, las personas puedan ahorra 5 minutos". Trata de conseguirlo con Waze, la medición del tráfico en tiempo real gracias a la información que proporcionan los conductores. La usan 50 millones de personas, en 200 países y 30 idiomas. Di-An se encarga de todos los aspectos relacionados con la neogeografía (movimiento social que permite construir mapas virtuales con la información aportada por personas de una comunidad a través de sus dispositivos móviles). "Aún recuerdo como fue cuando llegamos a los 100.000 usuarios. Fue un momento realmente especial. Era el año 2010. En aquel momento entendimos que no era solo una cuestión de volumen, lo importante era que habíamos sido capaces de construir una comunidad de personas que contribuían de manera muy activa en aportar información. Lo mas asombroso de todo esto es que lo hacían porque querían contribuir a mejorar el servicio. Lo que se consigue hacer cuando un grupo de personas se juntan por una razón que podemos llamar el bien común es del todo impredecible".

"Esto fue lo que nos pasó durante el huracán Sandy. Miles de hogares se quedaron sin los servicios básicos. Sin gas, electricidad o agua. Recibimos una llamada desde la Casa Blanca. Nos pedían que hiciéramos un llamamiento que permitiera identificar las prioridades de los equipos de emergencia. Pusimos una notificación solicitando a la gente que colaborase. La respuesta fue increíble. Esta situación fue un ejemplo de como convertir las aportaciones individuales de miles de personas, como sucede en el crowdfunding, en una respuesta planificada a través de la recogida de la información. Lo más asombroso de esta historia es tomar conciencia de que, este tipo de éxitos, son del todo impredecibles".

"Desde nuestro punto de vista, la configuración de las ciudades no cambiarán por desarrollar proyectos bajo el concepto de smart city", dice Di-Ann. "Lo realmente importante son las comunidades, la manera en la que participan los ciudadanos. Ellos son los que configuran las ciudades. En este sentido, trabajamos de manera muy directa con las administraciones públicas. Por lo general, los ayuntamientos entienden y ven muy claras las ventajas que les aportan aplicaciones como Wave. La buena noticia es que todo lo que está sucediendo es tan solo el principio. Esto acaba de comenzar".

A nivel de tendencias del sector, lo que nos interesa respecto al internet de las cosas o la ropa que incorpora sensores es que, por primera vez tendremos acceso directo a recibir feedback donde las cosas están sucediendo. A esto le hemos de añadir que los dispositivos móviles los utilizaremos como controles remotos. Son cosas tan sencillas como comprobar si he dejado encendida la luz de casa y apagar esta luz desde la oficina".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_