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Los muertos de la pandemia en España: 44.868

EL PAÍS obtiene una cifra de fallecidos por covid o con sospecha de covid a partir de los registros de las comunidades autónomas y su contraste con los estudios de tres organismos públicos

Homenaje a las víctimas de la pandemia en el Palacio Real de Madrid el pasado 17 de julio.
Homenaje a las víctimas de la pandemia en el Palacio Real de Madrid el pasado 17 de julio.Andrea Comas
José Manuel Romero

La enfermedad conocida como covid-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2 detectado por primera vez en Wuhan (China) en noviembre de 2019, ha provocado la muerte de al menos 44.868 personas en España desde el pasado 13 de febrero, fecha del primer fallecimiento conocido por este motivo. EL PAÍS ha sumado las personas que fallecieron “por covid o con sospecha de covid”, según los registros de las 17 comunidades autónomas, para llegar a la cifra de 44.868 muertos, lo que sitúa a España como el segundo país europeo con más víctimas solo por detrás del Reino Unido. Son 16.436 muertes más de las que recoge el Ministerio de Sanidad en su estadística oficial donde solo figuran, de momento, fallecidos a los que se hizo la prueba del coronavirus y dieron positivo.

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El recuento de las 17 autonomías arroja un balance de muertos por covid o sospecha de covid (44.868) similar al que reflejan los estudios sobre exceso de mortalidad realizados por el Instituto de Salud Carlos III (44.418), el Instituto Nacional de Estadística (44.395) y la Asociación Española de Profesionales y Servicios Funerarios (43.985).

El Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, lleva a cabo una monitorización diaria de la mortalidad con datos de defunciones facilitados por 3.800 registros civiles. Se trata de un sistema de alerta vigente todo el año ante cualquier circunstancia relevante para la salud pública, como un brote infeccioso que se extiende por todo el país. El Instituto Carlos III utiliza como referencia para sus análisis la media observada en los fallecimientos de los 10 últimos años y compara esa cifra con la situación actual. El resultado sobre el periodo comprendido entre el 14 de marzo (cuando España entró en el estado de alarma) y el 22 de mayo (cuando las muertes en los hospitales empezaron a reducirse drásticamente) señala que hubo 44.118 fallecidos más que la media histórica.

Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística (INE), dependiente del Ministerio de Economía, ha puesto en marcha de manera experimental un estudio que recoge un exceso de 44.395 muertes entre el 1 de enero y el 24 de mayo de este año respecto al mismo periodo del año anterior. La influencia de la covid-19 en este aumento extraordinario del número de muertes en España se hace más evidente tras observar, según los datos del INE, que hasta el 14 de marzo había casi 3.000 muertes menos en España que en el mismo periodo del año anterior.

Tanto el INE como el Instituto de Salud Carlos III basan sus estudios en la información facilitada por la Dirección General de Registros del Ministerio de Justicia a través del servicio Inforeg, en el que vuelcan sus datos 3.800 registros civiles de toda España que abarcan al 93,4% de la población.

El INE explica que su trabajo, a diferencia del que elabora el Instituto de Salud Carlos III, se proyecta sobre el 100% de la población: “A las defunciones grabadas en Inforeg se aplica un coeficiente de expansión para corregir la falta de datos de ese 6,4% de registros. Dicho coeficiente se calcula a partir de una comparativa histórica entre los datos de Inforeg y los que finalmente contabiliza el INE como defunciones, siempre superiores”.

Aunque ningún experto duda de que el exceso de mortalidad que registran los dos organismos públicos es atribuible mayoritariamente a la covid-19, desde el Instituto Carlos III aseguran que no se podrá confirmar si la totalidad de los fallecimientos se debieron a la epidemia “hasta que se disponga, entre otras cosas, de la información sobre las causas de defunción” que aparece en los certificados médicos sobre cada una de las muertes.

La enorme diferencia entre los resultados que ofrecen las 17 comunidades y los datos del Ministerio de Sanidad se produce en las cuatro autonomías más golpeadas por la epidemia, donde se concentra el 75% de los fallecimientos de toda España: Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha y Castilla y León. Miles de fallecimientos registrados en estos territorios ocurrieron en residencias de ancianos y, en menor medida, en domicilios. Los servicios de salud pública de estas comunidades entienden que la causa de la muerte fue la covid en la gran mayoría de los casos, aunque a estos fallecidos no se les pudo hacer la prueba.

Durante el primer mes de la epidemia, entre el 14 de marzo y el 14 de abril, los servicios sanitarios se vieron desbordados por el alto número de contagiados graves que llegó a los hospitales, lo que provocó que en numerosas ocasiones desatendieran a enfermos de las residencias de ancianos. Ese hecho complica los cálculos sobre la mortalidad real provocada por la pandemia.

El Ministerio de Sanidad argumentó desde el principio que su recuento de fallecidos seguía el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para incluir en el balance solo a quienes dieron positivo. La OMS aconsejó el pasado 6 de junio reconocer como fallecidos por la covid-19 tanto a los que dieran positivo en una prueba de laboratorio como a aquellos de los que se tuviera una sospecha certera de que la infección causó su muerte.

La estadística en Europa

Francia y el Reino Unido sí cuentan las residencias. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, señaló hace más de un mes que el ministerio debería ajustar el recuento de fallecidos a este criterio de la OMS aunque no precisó cuándo se haría. “Esto nos pone”, indicó, “en una situación en la que todos los países vamos a tener que hacer correcciones de los datos en un momento determinado para poder hacer comparaciones entre nosotros”.

Francia comenzó el 6 de abril a incluir en su recuento oficial a los fallecidos en centros de dependencia, residencias de ancianos y centros de acogida para personas mayores dependientes, lo que provocó en un solo día un aumento de más de 1.000 personas en la suma total de fallecidos. El Reino Unido tomó una medida similar el 29 de abril, al incluir por primera vez en su cifra de decesos con coronavirus a las víctimas de residencias de ancianos o domicilios, lo que incrementó en más de 4.000 personas la cifra total de muertos.

Los días sin muertos en España, bajo sospecha

El doctor Fernando Simón destacó el 1 y el 2 de junio pasados que por primera vez desde el inicio de la crisis sanitaria no se habían registrado fallecidos por la epidemia, de acuerdo a la estadística de Sanidad publicada bajo el epígrafe de “fallecidos notificados en los últimos siete días”. El 1 de junio, siete comunidades informaron de 24 muertes en sus hospitales; el 2 de junio, nueve autonomías confirmaron 34 fallecimientos más por la epidemia. El ministerio recogió esos datos, muchos días después, en sus listados de fallecidos.

Sanidad informó el 2 de junio que Madrid no había notificado ningún muerto con fecha de defunción en los últimos siete días. En realidad, la Comunidad de Madrid había informado sobre 80 muertos en ese periodo. En la última semana, el Ministerio de Sanidad ha comunicado dos muertos en Cataluña mientras el Departamento de Salud de la Generalitat suma 32 en sus hospitales en los últimos siete días.

Rebaja de muertos en mayo

El Ministerio de Sanidad informó durante la fase más dura de la pandemia sobre fallecidos diarios en cada comunidad con cifras que coincidían con las publicadas por las autonomías, salvo Cataluña. Pero a partir de la tercera semana de mayo comenzó a notificar los fallecidos con fecha de defunción en los últimos siete días y todo cambió. Sanidad advertía que estaba realizando “una validación de los casos fallecidos” que permitiría “corregir la serie histórica”, que esta “se actualizaría semanalmente” y que “ciertas oscilaciones diarias” podían deberse “a procesos de depuración de datos y no a variaciones reales acontecidas de un día a otro”.

El 25 de mayo, con el nuevo sistema vigente, el ministerio comunicó 28.752 fallecidos en toda España. Al día siguiente, habían desaparecido del balance 1.918 personas y ya solo había 26.834 muertos.

Esa cifra permaneció casi inamovible hasta que el 19 de junio ocurrió lo contrario de lo que pasó en mayo: de 27.136 muertos el día anterior se pasó de golpe a 28.315 por las actualizaciones y correcciones del ministerio. Todavía hoy, con 28.432 fallecidos, no se ha llegado a la cifra que comunicó Sanidad el 24 de mayo (28.752).

Una deficiente sincronización entre el ministerio y las comunidades

Juan Camacho, director general de Salud Pública de Castilla-La Mancha, sostiene que la clave para explicar el cuestionado recuento de Sanidad tiene su origen en el 12 de mayo, fecha en la que se cambiaron desde el ministerio los sistemas de recogida de datos para introducir nuevas variables. “Existen dos bases de datos distintas tanto a nivel del ministerio como a nivel de comunidad. La antigua que llega hasta el 11 de mayo y la nueva a partir del 12 de mayo. Hasta el 12 de mayo hacíamos una carga diaria de todos los casos, los fallecimientos, en el sistema de vigilancia epidemiológica SIVIES. Durante finales de mayo y principios de junio, la mayoría de fallecimientos correspondía a personas que estaban declaradas en la base de datos antigua y que, por la evolución de la enfermedad, fallecían en muchas ocasiones un mes o un mes y pico después ¿Qué ocurría? Pues que no se contabilizaba exactamente igual. Ahora ya está ajustada esa contabilidad, ya todos los fallecidos pertenecen a pacientes que han experimentado esa patología después del 12 de mayo, ya se ha sincronizado esa información. Lo que hicimos al inicio viendo que el ministerio tenía ciertas dificultades para hacer esa contabilización era, diariamente, a través de nuestras notas de prensa, comunicamos el número de fallecimientos para que quedase la traza de todos los días. Se produjo una regularización y ahora la coincidencia de los números es muy grande”.

Castilla-La Mancha es una de las comunidades con más muertos en residencias durante la fase crítica de la pandemia. No figuran en la estadística oficial del Ministerio de Sanidad aunque el Gobierno autonómico si informa sobre estos casos. “Periódicamente comunicamos los fallecidos en residencias que son sospechosos de covid-19 a los que, sobre todo al principio, no se pudo hacer la confirmación mediante PCR. A día de hoy creo que son entre 1.200 y 1.400 fallecidos”.

La controvertida gestión de datos en Cataluña

Cataluña ofrece desde el inicio de la pandemia una información que no coincide con la de Sanidad. Las explicaciones de sus responsables a este desfase es la siguiente: “El ministerio nos pide algunos datos de los que el departamento publica a diario y los interpreta, pero solo la Generalitat conoce la realidad epidemiológica de Cataluña”.

Esa realidad epidemiológica resultó algunos días imposible. El 18 de mayo, el departamento catalán de Salud contaba 6.614 muertos en hospitales por la covid-19. Un día después, informaba de solo 6.385 fallecimientos. El 23 de mayo, Cataluña daba cuenta de 18 muertos, pero el ministerio solo apuntó siete con la siguiente explicación: “Cataluña ha notificado más fallecidos de días previos pendientes de asignación por fecha de defunción. La serie se está revisando”. Todavía el pasado jueves 23 de julio, Cataluña reflejaba en su estadística de ese día nueve muertos. Sin embargo, en el desglose de esa cifra por lugar del fallecimiento se apuntaba que en los hospitales habían muerto 13 personas más.


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