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El ‘balconing’ no ceja en Baleares, un muerto y dos heridos en tres días

En las últimas madrugadas, tres turistas han caído al suelo desde hoteles en Mallorca e Ibiza

Vídeo de archivo en el que un turista se tira a la piscina desde el balcón de una habitación de hotel en 2010.
Vídeo de archivo en el que un turista se tira a la piscina desde el balcón de una habitación de hotel en 2010.

El drama del balconing, de los jóvenes 'voladores' de los hoteles, no ceja en Baleares pese a la difusión de los graves riesgos y los accidentes fatales de cada verano. No cuajan tampoco las campañas en consulados y de las empresas turísticas donde se advierte sobre el peligro de tentar al equilibrio en las terrazas de los hoteles, tras noches de juerga ahogadas en alcohol.

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En las tres últimas madrugadas, entre las tres y las cuatro, tres jóvenes turistas han caído al suelo desde pisos altos de distintos hoteles en Mallorca e Ibiza. Uno murió, otro está muy grave y el tercero presenta heridas pero está fuera de peligro. Un hombre de 20 años, de Dinamarca, pereció en el acto, en la madrugada del domingo estampado al chocar contra el suelo, tras caer desde un cuarto piso en la populosa y polémica zona de desenfreno de Magaluf, Calvià.

Esta pasada madrugada, un ciudadano extranjero de 20 años, cayó de cabeza desde la terraza de su hotel de Cala Rajada, Mallorca, quedó malherido, con politraumatismos y sufrió una parada cardiorrespiratoria. Por su parte, en Ibiza, un turista de 22 años, se precipitó este martes desde un hotel de la Plata d’en Bossa. El pronóstico de las heridas no hace temer por su vida.

El balconing quedó fijado en el imaginario del turismo de masas de los excesos - en los medios y en las redes- por la terrible estadística de los accidentes mortales o gravísimos ocurridos. Entre las decenas de miles de hooligans que cada día pasan sus vacaciones en Baleares, algunos amantes de los excesos extremos intentan efectuar equilibrios en los balcones, lanzarse a las piscinas desde la terraza de la habitación o, de manera más habitual, cruzar de una habitación a otra por las fachadas. También se han contabilizado caídas por el hueco de las escaleras.

Las zonas turísticas populares, dedicadas al turismo juvenil, de discoteca y barra libre, sin reloj, tienen calles y zonas casi exclusivas para el desenfreno y el consumo sin límites. Los negociantes alientan excursiones etílicas y retos entre consumidores. Las últimas semanas se divulgó una filmación doméstica efectuada en Magaluf en la que se veía como una turista efectuaba felaciones en serie a distintos hombres, hasta 30, para alcanzar nuevos vales de copas.

Un medio sensacionalista llamó al fenómeno mamading y el asunto mereció una enorme atención entre los tabloides británicos y canales sensacionalistas, también entre medios tradicionales locales. El joven danés de 20 años se mató al caer al vacío de un hotel mientras decenas de reporteros seguían el escándalo abiertos por las felaciones. Las plataformas de empresarios e instituciones se reúnen y reclaman control y mejora de la imagen internacional.

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