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El Ébola se extiende a Malí, el cuarto país afectado

El nerviosismo llega al extranjero: París paraliza dos horas un avión de Guinea. Arabia Saudí adopta medidas extraordinarias Nuevos casos sospechosos en Malí y Liberia incrementan la alerta ante un brote que ha provocado ya la muerte de 96 personas Gemma Domínguez (MSF) desde Conakry: “Una ciudad es mucho más difícil de cubrir, la epidemia aún no está contenida”

Una calle de Gueckedou (Guinea), cercana a las fronteras con Liberia y Sierra Leona y uno de los focos del brote de ébola.
Una calle de Gueckedou (Guinea), cercana a las fronteras con Liberia y Sierra Leona y uno de los focos del brote de ébola.SEYLLOU (AFP)

El brote de fiebres hemorrágicas asociadas al virus ébola que tiene en vilo a toda África occidental y que se ha cobrado ya la vida de 96 personas (87 en Guinea, 7 en Liberia y 2 en Sierra Leona) ha adquirido una nueva dimensión este jueves después de que el Gobierno de Malí anunciara la aparición de tres casos sospechosos que han sido puestos en aislamiento y de que se conociera la muerte de una persona en Liberia que, por primera vez, no tenía ninguna relación aparente con el origen del brote en Guinea. El rápido incremento de casos en este último país, donde desde el pasado mes de enero ya van por 137 personas afectadas, de las cuales una quincena han sido detectadas en la capital, Conakry, y su extensión a los países vecinos, primero Liberia, luego Sierra Leona (dos casos no confirmados porque murieron antes de hacerle los tests) y ahora Malí, está haciendo saltar todas las alarmas sanitarias en la región y ha provocado, incluso, la adopción de medidas extraordinarias en países tan alejados como Arabia Saudí o Francia, donde un avión fue retenido dos horas por una falsa alarma.

FUente: Comisión Europea.
FUente: Comisión Europea.EL PAÍS

En Francia, las autoridades han decidido elevar hasta P4 (el más alto) su nivel de vigilancia en el Aeropuerto Internacional Charles de Gaulle, lo que incluye la activación de un protocolo de seguridad en el caso de que algún pasajero procedente de Guinea presente síntomas febriles o asociados con esta enfermedad, como vómitos o dolores corporales. Este viernes, una falsa alarma provocó la realización de un control médico a los 187 pasajeros y los 11 tripulantes de un avión que hacía la ruta Conakry-Nuachot-París a su llegada a este aeropuerto. Pasadas dos horas y toda vez que las mediciones de fiebre dieron negativas, pudieron desembarcar. De igual modo, Arabia Saudí, un país al que viajan cada año cientos de miles de musulmanes para visitar La Meca, ha decidido suspender la expedición de visados a ciudadanos guineanos por temor al virus ébola.

Este jueves, el Ministerio de Sanidad de Malí anunciaba la existencia de tres casos de fiebres hemorrágicas en este país sospechosos de estar provocados por el virus ébola. Los tres pacientes han sido puestos en aislamiento en unas instalaciones situadas en las afueras de la capital, Bamako, a la espera de las pruebas de laboratorio de las muestras que les han sido extraídas y que han sido enviadas al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta (EEUU), aunque todos ellos están evolucionando favorablemente a los primeros cuidados médicos. El Gobierno no ha informado aún si se trata de personas que estaban en la zona fronteriza próxima a Guinea, pero recomienda evitar los desplazamientos a este lugar próximo al foco de la enfermedad.

En Liberia seis personas ya han fallecido a consecuencia del brote

Mientras tanto, la aparición de un nuevo caso especialmente virulento de fiebre hemorrágica en Liberia, donde seis personas ya habían fallecido a consecuencia de esta epidemia, ha vuelto a sembrar la inquietud entre las autoridades. Se trata de un cazador que se sintió enfermo cuando se encontraba en un bosque cercano a Tapeta, en la región de Nimba, al este del país, y que falleció apenas media hora después de llegar al hospital. Lo más llamativo de este caso es que está totalmente aislado de las cadenas de transmisión del brote. A diferencia de los otros seis casos mortales, de los cuales dos han sido confirmados en laboratorio como provocados por el ébola, este cazador “no tuvo ninguna interacción con ninguna persona sospechosa de ser portadora del virus”, según aseguro a AFP Bernice Dahn, responsable del servicio médico del Ministerio de Sanidad liberiano

Sin embargo, Guinea, donde aparecieron los primeros casos de fiebres hemorrágicas atribuidas al ébola en el mes de enero y donde el 21 de marzo se declaró oficialmente un brote por esta enfermedad, sigue siendo el país donde se concentra el mayor número de personas afectadas y donde las organizaciones internacionales como Médicos sin Fronteras, Cruz Roja o la Organización Mundial de la Salud están volcando todos sus esfuerzos. El último informe del Ministerio de Sanidad guineano habla ya de 137 casos, de los cuales 45 han sido confirmados por pruebas de laboratorio, y 87 fallecidos, es decir una tasa de letalidad del 63%. De ellos, 71 se han producido en las regiones del interior y el sur donde se originó el foco (sobre todo en los distritos de Guekedou, Macenta y Kissidougou), aunque nada menos que 16 casos, de los cuales 5 han fallecido, aparecieron en Conakry, la capital del país, una ciudad de dos millones de habitantes donde controlar las cadenas de transmisión es mucho más complicado.

Médicos Sin Fronteras confirma que la epidemia no está contenida

La extensión del brote por varias regiones del país, incluida la capital, y su aparición en países vecinos (Liberia confirmado, Sierra Leona y Malí casos sospechosos) está complicando mucho su contención y ha llevado a la organización Médicos sin Fronteras a hablar de una “epidemia sin precedentes”. Desde Conakry, Gemma Domínguez, coordinadora de MSF-España en este país asegura que su principal preocupación ahora mismo es la capital. “Una ciudad es mucho más difícil de cubrir. En el campo los enfermos van al centro de salud y de ahí son derivados al hospital, pero en Conakry la oferta de salud pública y privada es variada y hay que formar a mucha gente. El despliegue es más complejo”.

Domínguez confirma que “la epidemia sigue avanzando y aún no está contenida” y que en este momento están centrados “en organizar la intervención en Conakry”. Pero “tarde o temprano acabaremos por conseguirlo, ojalá que sea pronto, cuanto antes mejor. En el sur somos más optimistas, en Conakry acabamos de empezar”, revela. Respecto a la población explica que “lo está viviendo con preocupación y con cierta psicosis de que cualquier síntoma que aparezca ya es ébola, está en boca de todos. El otro día una mujer embarazada se puso a vomitar en un bus y hubo cierta histeria, hasta ese punto hay psicosis. Pero es normal que tanto aquí como en los países limítrofes haya alerta y se aísle a los posibles afectados a la mínima sospecha”.

Gregory Härtl, portavoz de la OMS, ha asegurado que “aunque es muy difícil predecir la evolución de este brote, tenemos que continuar implementado medidas en los hospitales y siguiendo el rastro de los contagios". Añade que "tenemos que permanecer muy vigilantes, no se puede bajar la guardia, el Ébola es una enfermedad mortal”.

Los países de África occidental están adoptando cada vez más medidas: Senegal ha cerrado su frontera sur con Guinea y ha suspendido hasta nuevo aviso los mercadillos semanales en la zona, Mauritania ha limitado el tránsito terrestre con Senegal y Sierra Leona ha prohibido el paso desde Guinea de cadáveres que son llevados a enterrar por sus familiares. En países como Senegal y Gambia han surgido todo tipo de rumores en un clima de creciente psicosis, pero, pese a todo, Gregory Hartl, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), insiste que este organismo “no recomienda ninguna restricción de viajes” con destino u origen en los países donde se han registrado casos.

Härtl, de la OMS, ha sido muy explícito respecto al cierre de fronteras: “No recomendamos restricciones de viajes ni comerciales en las fronteras, porque estos continuarán llevándose a cabo por los pasos informales. Además, los controles no detectarán a las personas que ya están infectadas pero que no han manifestado aún ningún síntoma. Cuestan mucho dinero, perjudican a los movimientos de ciudadanos y bienes, y no son eficaces en la identificación de personas con ébola. Es mucho más sensato que los sistemas de vigilancia, los trabajadores sanitarios y los individuos en general estén en alerta para tomar las precauciones necesarias si alguien presenta síntomas”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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