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Varios siglos separan a católicos y anglicanos

Dos nuevos líderes deberán conducir sus iglesias en un tiempo de creciente desafección religiosa

La renovación de los jerarcas de dos de las más importantes Iglesias cristianas del mundo, la católica y la anglicana, ha venido a coincidir en un momento en que las confesiones de Occidente viven tiempos de creciente desafección. El papa Francisco (que asume el pontificado romano tras la sorprendente renuncia de Benedicto XVI) y el nuevo arzobispo de Canterbury, Justyn Welby, comienzan su trabajo cuando el 16,3% de la población mundial no se identifica con ninguna de las religiones existentes, según un reciente estudio del think tank estadounidense Pew Center.

Aparte del tamaño (hay más 1.000 millones de católicos y unos 80 millones de anglicanos), muchas cosas separan a ambas confesiones cristianas: por ejemplo, el celibato que han de cumplir los curas católicos no pesa sobre los anglicanos. Sin embargo, los retos de Francisco y Welby gravitan en torno a los mismos temas: la homosexualidad, el papel de la mujer o los escándalos de abusos.

El pastor ejecutivo, por WALTER OPPENHEIMER

Justin Welby, arzobispo de Canterbury, ha de afrontar el papel de la mujer en la Iglesia angilcana, cuyo ascenso parece inevitable.

Una viña devastada, por JUAN G. BEDOYA

Francisco, papa de la Iglesia católica, tomará medidas para recuperar el prestigio perdido, aunque no se esperan cambios doctrinales.

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