El otoño es una de las mejores épocas del año para recorrer Extremadura. Los valles y las sierras se tiñen de colores ocres y resulta fácil sentir, en cualquier escapada al campo, la transformación de la naturaleza. Ciudades y pueblos se llenan de propuestas lúdicas y gastronómicas, en las que no faltan las castañas, las setas locales, los quesos Torta del Casar y La Serena y, por supuesto, el delicioso jamón ibérico de bellota.
De norte a sur de la región se organizan numerosas iniciativas turísticas para celebrar el otoño y saborear los productos de temporada. El ‘Otoño Mágico’ en el Valle del Ambroz, ‘Échate a soñar’ en Sierra de Gata, ‘La Otoñada’ en el Valle del Jerte, ‘Geodisea, viaja por la historia de la Tierra’ en el Geoparque Villuercas Ibores Jara y ‘Luce Llerena, otoño iluminado’ son programaciones que combinan senderismo y bicicleta de montaña, degustaciones y rutas gastronómicas, talleres para niños, teatro, música y otras propuestas.
Si buscas algo más que naturaleza, el otoño es un buen momento para descubrir las principales ciudades extremeñas. Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Trujillo y Zafra pueden presumir de un amplio patrimonio histórico, numerosas propuestas de ocio y una gastronomía que preserva la tradición sin perder de vista las nuevas tendencias culinarias.
Catedrales, alcazabas, palacios, iglesias, juderías, torres medievales, murallas, plazas mayores… Visitar las ciudades de Extremadura te transportará por la historia y sentirás el legado de los pueblos que han pasado por la Península Ibérica: romanos, visigodos, árabes, judíos...
Descubre los edificios que construyó el Imperio Romano en Mérida, que este año es Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, y recorre las callejuelas de Cáceres, dos ciudades que son Patrimonio Mundial. En Badajoz, sube hasta la alcazaba, la más grande de su género de España, recientemente restaurada, conquista los baluartes de la ciudad y degusta sus tapas. Camina por el centro de Plasencia y sorpréndete con su catedral, sus plazas y sus casas señoriales. Aprecia la arquitectura palaciega de Trujillo y la huella que dejó América en sus calles. Y en Zafra pasea por sus dos plazas más emblemáticas, la Chica y la Grande, ambas medievales, y conoce por qué a esta localidad del sur de Badajoz se le llama ‘Sevilla la Chica’.
El gusto por la buena cocina es común en toda Extremadura. Fiestas gastronómicas y rutas de tapas, entre ellas, la del casco histórico de Badajoz (noviembre), restaurantes que miman las recetas de toda la vida, como las migas o la caldereta de cordero, chefs que hacen un guiño a la modernidad utilizando productos de la tierra: jamón de bellota ‘Dehesa de Extremadura’, cerdo ibérico, quesos de la Torta del Casar, La Serena e Ibores, ternera, cordero, aceite de oliva virgen extra de Gata-Hurdes y Monterrubio, miel de Villuercas-Ibores, carnes de caza...
Extremadura lo tiene todo para sentir los sabores y colores del otoño.
De norte a sur se organizan eventos para celebrar el otoño y saborear los productos locales