Así será el hospital del futuro

Cualquier seguidor de la serie Anatomía de Grey o, para los más veteranos, Urgencias, tiene una idea de lo que un gran hospital debería ser. Más allá del atractivo de sus profesionales sanitarios, para alguien no experto en la materia un centro sanitario óptimo es aquel que cuenta con tecnología punta y donde cada caso —que siempre acaba bien— es discutido por un comité de expertos que parecen vivir más que trabajar en el hospital.

Una definición compleja

Pero si fuera tan fácil diseñar el hospital perfecto, probablemente todos los construidos en los últimos tiempos hubieran superado a los más veteranos, algo que no ha sucedido. Así, el hospital del futuro ideal no está definido, aunque numerosos expertos trabajan en su diseño. Distintos informes apuntan a las características que tendría que tener ese hipotético centro sanitario, como el reciente El hospital del futuro. Un nuevo rol para los hospitales líderes de Europa, llevado a cabo por investigadores de la escuela de negocios IESE. El documento ofrece 14 recomendaciones que deberían aplicar los hospitales que quieran ser líderes en 2030. Entre ellas, una que puede sorprender a los fans de los culebrones hospitalarios: el centro médico al que todos querrán ir en apenas tres lustros, no será grande sino pequeño, así como especializado, liderado por médicos y, por supuesto, innovador y eficiente.

El hospital del futuro debe ser una organización capaz de aprender y enseñar Jaume Ribera, IESE

La importancia de la eficiencia

Como si de pequeñas PYMES se tratara, los hospitales del futuro tendrán que estar orientados a resultados, implementar procesos para reducir gastos. El director del Center for Research in Health Care Innovation Management del IESE, Jaume Ribera, explica a EL PAÍS cuáles son, a su juicio, las tres características para el perfecto hospital del futuro: “Personal comprometido con la que institución consiga resultados, estructuras de gobierno adecuadas a los objetivos que se desean conseguir y que sea una organización capaz de aprender y enseñar”.

La tecnología que cambia el juego

Pero si hay un aspecto que resulta clave a la hora de conseguir todos estos objetivos es, sin duda, la tecnología. Empezando por la digitalización en planta, un aspecto clave para mejorar la gestión del hospital y la gestión de los recursos. Por ejemplo, sistemas que monitorizan a los pacientes con wearables permiten priorizar al personal sanitario la gravedad de cada uno y por tanto el orden de intervención. El impacto humano de usar estos sistemas pueden ser enormes, ya que aproximadamente la mitad de las muertes en hospitales suceden en planta.

El hospital del futuro se ocupará fundamentalmente de los pacientes agudos. Eso implica que los departamentos de imagen cobrarán aún más protagonismo. Los servicios de imagen estarán integrados en todo el centro hospitalario, no en un departamento en concreto. Esta evolución tecnológica permitirá desarrollar las cirugías mucho menos invasivas, porque la precisión y lo prematuro del diagnóstico permitirá una intervención menos lesiva para el paciente.

Las tecnologías híbridas de visualización juegan un papel clave en esta mejora continua de la resolución de imagen. Este tipo de aplicaciones permiten integrar varios sistemas de detección radiológicos en un solo dispositivo. Por ejemplo, combinar los beneficios de los rayos X y la ecocardiografía no en la fase de diagnóstico, sino en tiempo real, durante la intervención. Los beneficios para los equipos de cirugía son enormes, las tecnologías actuales guían al profesional durante toda la intervención con una imagen de gran calidad, a la vez que permiten corregir y replanificar el procedimiento sobre la marcha en situaciones complicadas. Entre sus funcionalidades está la posibilidad de introducir “marcadores”, puntos de referencia que ayudan al equipo intervencionista a saber los límites anatómicos del paciente para evitar complicaciones y realizar procedimientos cada vez más precisos.

Uno de los conceptos clave en este sentido es el paradigma del hospital en casa. Hospital en casa quiere decir que los pacientes están vigilados y conectados remotamente al hospital a través de la tecnología. Ha de haber una simbiosis profesional sanitario-enfermo en la que la tecnología jugará un papel clave que no solo mejorará la atención, sino que contribuirá a que el sistema sanitario sea sostenible.

La OMS ha estimado que son necesarios cuatro millones más de profesionales para afrontar las futuras necesidades de la salud, por lo que un cambio de modelo en la gestión sanitaria ya no es opcional sino necesario. Además, el paciente necesitará asumir una responsabilidad de su salud, para mejorar cifras tan sangrantes como la indicada por un reciente informe del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: el 73% de los españoles aumenta su riesgo de enfermar por el sedentarismo.

El ejemplo perfecto de este futuro cercano son los biosensores wearables, dispositivos que el paciente lleva puestos y que son capaces de mantener un control absoluto de signos vitales clínicamente relevantes, como la frecuencia cardiaca o la temperatura.

Pero es la tecnología machine learning la que permite “leer” dichos signos y notificar inmediatamente a los responsables médicos cualquier anormalidad. “El big data de manera genérica y, más concretamente, la analítica de datos y el machine learning son las tecnologías que pueden tener un papel más importante en el mundo sanitario”, destaca el director del Innovación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Julio Mayol.

Una de las tecnologías que veremos en los hospitales del futuro son los autómatas, como este c-brazo con un sensor superfino en su extremo.

Las pantallas táctiles con todo tipo de información sobre el paciente dominarán el espacio del hospital que viene.

El paradigma multipantalla, el intercambio de datos entre wearables, tablets, smartphones y ordenadores usando las mismas plataformas on cloud se va a generalizar en el sector sanitario.

Un paciente se somete a un escáner CT en un hospital.

Cuidado en planta

En el hospital del futuro va a predominar el paciente agudo. Los servicios ambulatorios serán casi anecdóticos y se dará más importancia a lo que se conoce como “planta” y a las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo, la gestión de los pacientes en uno u otro servicio también se modernizará gracias a la tecnología. El objetivo es minimizar el número de pacientes en las UCIs, que conllevan un mayor coste, y optimizar su estancia en planta.

El objetivo del hospital del futuro es la detección temprana de esto problemas, lo que se consigue con protocolos y tecnología “que permitan mayor vigilancia y eficiencia”.

De nuevo, la tecnología tiene un papel crucial en estos protocolos. Los sistemas inalámbricos de monitorización remota de constantes vitales, están habilitados para mantener los pacientes de riesgo bajo control en todo momento, haciendo una gestión eficiente de las alarmas. Es el caso de GUARDIAN, una solución implantada en el Hospital Universitario de Henares de Madrid: “Con estos sistemas mejora nuestra capacidad de adelantarnos a eventos potencialmente graves en los pacientes de riesgo y administrar tratamientos o tomar decisiones de forma más precoz y por tanto más efectivas. Se trata por tanto de un avance a la hora de gestionar el sistema de salud, evitando eventos adversos, consiguiendo beneficios para el paciente y ahorros para el sistema“. Frederico Gordo Vital - Jefe de servicio – Hospital Universitario de Henares

  • 80% de los consumidores cree que las wearables son beneficiosas
  • 71%de los médicos ha adoptado el historial clínico digital
  • 45%de los profesionales de la salud cree que la conectividad en el trabajo es una barrera para la transformación digital
  • 6 de cada 10 pacientes usan o están interesados en usar wearables
Datos de Philips y Deloitte

Hospitales verdes para un mundo mejor

Otro aspecto que importa en el diseño del hospital del futuro es el impacto medioambiental de estas instalaciones. En la conferencia CleanMed, que se celebra anualmente en EEUU, se puso de manifiesto que los servicios sanitarios han de promover una alimentación saludable y sostenible en sus centros, lo que incluye el uso de comida cultivada localmente y libre de antibióticos y hormonas, en el caso de la carne. Controlar el desperdicio de la comida que sobra y hacer que esta no se convierta en una fuente de metano y, por tanto, de emisiones de efecto invernadero, ha de ser otro de los objetivos del hospital del futuro.