Especial Publi
Al fondo de un bar madrileño, sentados en taburetes de madera, en la bruma sonora de la taberna, cinco o seis amigos apuran sus cañas antes de salir hacia el Matadero de Madrid. Después de las risas y las tapas, hoy toca exposición en un centro cultural puntero. Madrid conserva sus costumbres matizándolas día a día, y solo hay algo que no cambia: la cerveza Mahou, presente desde finales del siglo XIX como compañera inseparable de la capital.
1890
Hasta ese año, Madrid conserva el hielo en pozos subterráneos en la glorieta de Bilbao
Fundación de “Hijos de Casimiro Mahou”, fábrica de cerveza y hielo
“Hijos de Casimiro Mahou” se trae a Madrid espíritu y tecnología alemanes en 1890, y, después de un año de trabajo, el 26 de abril de 1891 sale al mercado la primera cocción de cerveza en la fábrica de la calle Amaniel. La empresa y la ciudad empiezan a desarrollarse, apoyándose la una en la otra en su camino hacia el progreso. Los 475.000 habitantes de aquel “pueblo” que era entonces Madrid ven que las calles empiezan a llenarse de carros tirados por mulos que transportan barriles de madera. La ciudad crece rápido: el volumen de carruajes y tranvías es tal que en 1892 ya surge un plan para construir el metro.
1907
Comienza la matriculación de automóviles
Se implantan los primeros barriles a presión
Mahou no deja de innovar y de vislumbrar el futuro. La empresa implanta los primeros barriles a presión y hace ensayos para sustituir el corcho de sus botellas por tapones de corona (las chapas), para conservar mejor las propiedades de la cerveza, que se generalizan años después y en julio de 1909 introducen las cajas de madera que progresivamente sustituyeron a las fundas de paja para proteger los envases. En ese mismo 1907 la ciudad alumbra las matriculaciones de coches, que circulaban desde 1898. Madrid empieza a ser, definitivamente, la ciudad vibrante y bulliciosa que es. Sus vecinos, plenamente instalados en el siglo XX, se animan a practicar deporte; Hijos de Casimiro Mahou había creado en 1906 el Club Sportif, dedicado al atletismo. Cuatro años después, Alfonso XIII inaugura las obras de demolición para abrir hueco a la Gran Vía. Enseguida surgen almacenes, bazares, bancos, cines y oficinas.
1920
Inaugurado en 1919, el metro transporta a los madrileños
La fábrica de Mahou utiliza la tecnología más moderna
La vida de la capital crece en torno a la Gran Vía, las calles se llenan de coches; en el subsuelo, casi 15 kilómetros de vías trasladan a los ciudadanos de un lugar a otro. Son años de desarrollo y tranquilidad, también para Hijos de Casimiro Mahou: en 1922, la empresa deja de utilizar tapones de corcho; en 1929, el año en que el Real Madrid juega la primera Liga de la historia, se abre la maltería de la calle Marcenado. Hasta ese momento, era costumbre en todas las cerveceras importar la malta en vez de procesar la cebada.
1957
El Real Madrid gana su tercera Copa de Europa
Hijos de Casimiro Mahou se convierte en Mahou, S.A.
Tras los difíciles años de la posguerra, la ciudad experimenta una reactivación como la de su marca cervecera. Hay de nuevo motivos para la celebración: el Real Madrid gana su Segunda Copa de Europa y en cualquier rincón se abren locales como el Bar Fide, que desde 1958 se convierte en lugar de encuentro para amantes del marisco, la cerveza y el fútbol. Ocho años después, en 1966, se produce un hito que cambia la manera de disfrutar de los amigos y el ocio: Mahou introduce el grifo Cornelius. Tirar una caña se transforma en un arte; disfrutarla, en un verdadero placer. El Real Madrid se proclama ese año campeón de Europa por sexta vez y, entre las celebraciones, visita la fábrica de Mahou, ubicada ya en el paseo Imperial. La vida ha cambiado: el Real Madrid es yeyé y por la ciudad ya no se ven carros con barricas de madera, sino camiones que transportan barriles de metal.
1969
Se inaugura el Parque de Atracciones
Lanzamiento de Mahou Cinco Estrellas
Los años más duros han quedado atrás: los paladares, que ya no se preocupan solo por sobrevivir, exigen una cerveza de calidad, buen aroma y carácter. Nace la Mahou Cinco Estrellas, y los madrileños pueden disfrutarla en el Parque de Atracciones y muy pronto en el zoo (1972). Dos años más tarde, la M-30 le da a la ciudad un aspecto diferente. Queda poco para las primeras elecciones municipales de la democracia. Las gana Enrique Tierno Galván en 1979, y en los diez años posteriores Madrid crece de manera casi exponencial.
1990
La Quinta del Buitre gana su quinta Liga
Aparece Laiker, la actual Mahou Sin.
La “sin de Mahou” nació en 1990 para llevar el sabor de la malta a todos los paladares. Si miramos hacia atrás, podemos apreciar que en los grupos de amigos nadie se queda sin cerveza; una Laiker, una tapa y a callejear un domingo por la mañana en el Rastro o en la Cava Baja. Las tabernas tienen sitio para todos. Fuera de los bares, la cultura se expande y en Madrid se adivina el siglo XXI: en 1992 se inauguran el AVE Madrid-Sevilla; los museos Reina Sofia, Thyssen Bornemisza y el de la Ciudad; el Teatro Madrid y la Casa de América (antiguo Palacio Linares)… Madrid también se hace más verde con el Parque Juan Carlos I, y abre sus puertas el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones.
2005
Se plantea el desarrollo de Matadero de Madrid
Aparece Mixta, la shandy de Mahou
Durante los últimos años de los noventa y los primeros del siglo XXI, Madrid vuelve a transformarse. El barrio de Chueca renace de sus tenebrosas cenizas y la oferta cultural crece por momentos. La Gran Vía recupera protagonismo inundada de musicales y nuevos comercios, el Matadero de Madrid abre sus puertas definitivamente en 2007 y el Mercado de Fuencarral cumple diez años: la ciudad se inspira en las propuestas más atractivas de capitales como Londres. La vida se hace también más sana (Mahou lanza en 2008 su cerveza Premium Light), y el gusto por los productos de calidad se deja notar cuando, en 2009, se reabre el Mercado de San Miguel.
2015
Después de más de un siglo de compañía mutua, la marca de cerveza ha inaugurado en este 2014 la Factoría Mahou y ha abierto el camino para celebrar con los madrileños, en 2015, su 125 aniversario, demostrando que Madrid sabe a Mahou. Conciertos, propuestas de rutas y experiencias cerveceras (en lugares como el Colegio de Médicos, el Jardín del Ángel, el Palacio de Santa Bárbara o el Palacio Duarte) son la prueba de que la vida en común sigue adelante.
Mahou recomienda el consumo responsable 5,5°