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Rajoy será elegido presidente el sábado sin garantías de estabilidad

El Congreso comenzará las sesiones a las 18 horas

El Rey y Ana Pastor, este martes. CASA DEL REYFoto: atlas
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Salvo imprevisto, Mariano Rajoy será elegido presidente del Gobierno por el Congreso de los Diputados el sábado 29 de octubre por la noche. El domingo tomará posesión y los siguientes días nombrará su Gobierno. El líder del PP iniciará su segundo mandato con 170 votos a favor, los de su partido, los de Ciudadanos y el de Coalición Canaria, y la abstención del Grupo Socialista. El Rey ha culminado este martes la ronda con los partidos y propuso a Rajoy tras ser informado por el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, del acuerdo del comité federal de los socialistas para la abstención de sus diputados.

El sábado por la noche Rajoy será presidente del Gobierno con el voto a favor del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria y la abstención del PSOE. Ese día arrancará la XII Legislatura sin garantías de estabilidad y la pugna entre PSOE y Unidos Podemos por encabezar la oposición al PP.

El Rey ha culminado este martes la ronda de contactos con los partidos y propuso al candidato del PP para que se someta a su segunda investidura en dos meses. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, tras entrevistarse con el jefe del Estado, ha convocado para esta misma tarde el inicio del debate. Rajoy expondrá desde las 18.00 de hoy su programa y el jueves por la mañana intervendrá el resto de portavoces para que se proceda a la primera votación a última hora del día.

En esa votación tendrá el apoyo de 170 diputados, los del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, a falta de seis de la necesaria mayoría absoluta. El sábado por la noche volverá a reunirse el pleno, esta vez en busca de la mayoría simple.

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Los socialistas, en cumplimiento del acuerdo de su comité federal, se abstendrán y permitirán que Rajoy vuelva a ser presidente del Gobierno y asuma un segundo mandato, esta vez con mayoría exigua, la menor de un presidente en democracia. Curiosamente, no obstante, Rajoy será el presidente investido con menos votos en contra desde 1978. Si todos los socialistas se abstuvieran, Rajoy solo tendría 95 votos en contra. José María Aznar tuvo en 1996 un total de 166 votos en contra y Felipe González en 1993 tuvo 165. El líder del PP será el único presidente investido sin tener los votos en contra del otro gran partido, en este caso el PSOE.

Nuevos ministros

El mismo domingo, cuando Rajoy jure el cargo ante el Rey en La Zarzuela, podrá anunciar la lista de nuevos ministros, que estarían en disposición de asumir sus cargos el lunes.

El 31 de octubre termina el plazo legal para la disolución automática de las Cortes si no hubiera habido investidura, tras fracasar la de Rajoy el pasado mes de agosto. Y después de que se repitieran las elecciones el 26 de junio. Antes fracasó la del socialista Pedro Sánchez, tras las generales del 20 de diciembre de 2015, ante la inhibición de Rajoy por falta de apoyos.

El domingo se pondrá fin a ese periodo de bloqueo institucional que se inició hace justo un año, cuando Rajoy disolvió las Cortes tras cuatro años de Gobierno con mayoría absoluta. Desde entonces se ha producido un vuelco en la política española que, curiosamente, termina con la misma persona en La Moncloa, aunque en unas circunstancias políticas muy diferentes.

Ahora estará sometido a un Congreso mucho más fragmentado por la irrupción de dos partidos nuevos, Podemos y Ciudadanos. De hecho, para poder gobernar ha tenido que firmar un acuerdo con el partido de Albert Rivera que condiciona su actuación como jefe del Ejecutivo.

La puesta en marcha de ese acuerdo será la primera labor del nuevo Gobierno, además de la elaboración y presentación en el Congreso de un proyecto de Presupuesto para 2017. El propio Rajoy reiteró ayer, tras asumir el encargo del Rey, su voluntad de convertir la necesidad en virtud para ofrecer diálogo y acuerdos a todas las fuerzas políticas.

El PSOE sigue siendo el segundo partido en número de escaños en las Cortes, pero con una fuerza menor, tras sucesivas caídas en diciembre y en junio. Los socialistas, además, inician la legislatura lastrados por su crisis interna y por la decisión de abstenerse en la investidura, rectificando sus posiciones anteriores.

Líder de la oposición

Para llegar a ese cambio de posición han tenido que afrontar la dimisión forzada de Pedro Sánchez, su anterior secretario general. Esa fractura interna podría quedar reflejada en la votación del sábado por la noche, cuando la mayoría de los miembros del Grupo Socialista se abstenga y una parte de ellos rompa la disciplina de voto para mantener el rechazo a la investidura de Rajoy. Se visualiza también en la presencia ayer en La Zarzuela de Javier Fernández, presidente de la gestora del PSOE elegida a principios de octubre tras la caída de Sánchez.

Queda también atrás el intento de Sánchez por formar gobiernos alternativos con Ciudadanos y con Podemos. Con los primeros llegó a firmar un acuerdo de investidura en febrero y con los de Pablo Iglesias mantuvo reuniones que no terminaron en nada. Ahora el PSOE, sin cabeza visible en el Congreso, pugnará con Iglesias por liderar la oposición.

En los primeros días de noviembre —previsiblemente sobre el día 9— tendrá lugar la sesión solemne de apertura de la investidura, presidida por el Rey. Pese a estar prevista en el reglamento del Congreso, no se celebró en enero ni en julio, a la espera de que haya Gobierno. Será la primera sesión de este tipo de Felipe VI como jefe de Estado.

A partir de la investidura de Rajoy el sábado por la noche, no será posible la convocatoria de nuevas elecciones generales, según la Constitución, hasta el próximo mes de mayo. Entonces se cumplirá un año de la disolución automática y, por tanto, no podría haber nuevos comicios hasta finales del mes de junio.

La expulsión de los díscolos del PSOE causaría el ‘sorpasso’

La dirección del Grupo Socialista está a la espera de conocer exactamente el número de sus diputados que rompen la disciplina de voto y votan no el sábado.

En teoría, los estatutos del partido permitirían sancionarlos con la expulsión al Grupo Mixto, porque prevén tal medida cuando se contravenga la decisión de los órganos de dirección del PSOE.

Sin embargo, esa medida presentaría una clara contraindicación: restaría fuerza y poder al Grupo Parlamentario Socialista. De hecho, si hubiera 17 diputados socialistas que incumplieran ese mandato y fueran expulsados al Grupo Mixto, el PSOE dejaría de ser la segunda fuerza del Congreso, dando pie al sorpasso.

Esa situación debilitaría notablemente al PSOE porque ser segundo permite tener mayor cupo para presentar iniciativas en el Parlamento.

Los socialistas, por ejemplo, ya no podrían preguntar todos los miércoles al presidente del Gobierno en la sesión de control en el pleno. Podemos sí podría hacerlo cada miércoles si fuera el segundo grupo del Congreso.

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