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Las guerras internas de los partidos agravan el bloqueo institucional

Las tensiones en el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos frenan y obstaculizan una solución

Pedro Sánchez en un acto en Cerceda, en A Coruña, este sábado.Foto: atlas | Vídeo: CABALAR (EFE) / ATLAS

Los problemas internos y polémicas públicas que han vivido los cuatro principales partidos en las últimas semanas han agudizado su enfrentamiento y dificultado aún más la formación de gobierno. Nueve meses después de las elecciones generales del 20-D, las críticas y el reparto de culpas en el PP por el nombramiento del exministro José Manuel Soria para el Banco Mundial; la relación entre Pedro Sánchez y sus barones del PSOE; el pulso entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón en Podemos; y los cambios de posición de Ciudadanos influyen en el bloqueo de las negociaciones.

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Las polémicas públicas han agudizado el enfrentamiento entre los cuatro principales partidos, uniendo, por ejemplo, a PSOE, Podemos y Ciudadanos frente al PP por el caso Soria. Al tiempo, las tensiones internas que viven el PSOE y Podemos han marcado tanto el grado de flexibilidad de sus posicionamientos como su estrategia negociadora. Finalmente, el ritmo de las conversaciones se ha adaptado a los dos meses que ha necesitado Ciudadanos para digerir y explicar su transición del voto negativo al afirmativo en la investidura de Mariano Rajoy. La suma de esas tres circunstancias redunda en el bloqueo institucional cuando ya se ha iniciado el descuento que hará obligatorio convocar nuevas elecciones generales.

Partido Popular. Espera que el caso Soria no se note electoralmente

No hay voces ni sectores críticos en el PP, ni siquiera dirigentes territoriales con la entidad suficiente como para considerarlos como barones o líderes de una corriente de opinión propia, ajena o algo diferente a la oficial. Rajoy controla el PP totalmente desde hace años. Y al menos hasta que pierda definitivamente el poder. Por eso cualquier elección es un examen y Galicia es el territorio donde germinó la esencia del PP y donde no ha perdido jamás, aunque fueron apeados del poder en dos ocasiones por periodos muy cortos. Rajoy, además, es gallego y Alberto Núñez Feijóo es algo más que su candidato. El aspirante en Euskadi, Alfonso Alonso, era uno de sus ministros más valorados, menos contestados y también como Feijóo con más futuro.

Alberto Núñez Feijóo, desde Galicia, y Borja Semper, uno de los colaboradores de Alonso con mejor imagen en Euskadi, fueron de los primeros dirigentes del PP que alzaron su voz en público para protestar por la inoportunidad electoral del caso Soria. No es casual ni tampoco habitual en el PP. Rajoy suele resistir bien las presiones externas pero no tolera ni permite las disensiones en el partido. Sabe que son temibles y muy castigadas por el electorado.

A la petición de explicaciones sobre el nombramiento del exministro para el Banco Mundial también se unió Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid. Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla-León, criticó la elección de Soria. Y Esperanza Aguirre cuestionó su oportunidad. Los miembros del Gobierno y del PP que cuestionaron en público y más aún en privado los errores del caso piensan ahora que con su renuncia a casi dos semanas de la cita electoral "se ha actuado en la buena dirección y a tiempo para evitar daños mayores" en las urnas. En La Moncloa y el PP buscan un culpable para endosarle ahora la responsabilidad de la polémica por el caso Soria y creen haberlo encontrado en la figura del ministro de Economía, Luis de Guindos, amigo y responsable último de la propuesta de nombramiento.

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PSOE. Atenazado por el fantasma de la fractura

La ebullición interna que vive el PSOE complica aún más la enrevesada situación de bloqueo para formar gobierno que se vive en España. Las limitaciones que los líderes territoriales de las federaciones más relevantes imponen al secretario general, Pedro Sánchez, constriñen su actuación al tratar de evitar una desautorización a posibles compromisos que pudiera alcanzar con otros partidos. Y todo esto ocurre sin que aún haya aflorado en campo abierto la semilla de la discordia entre el secretario general y los barones. Uno y otros saben que si se manifiestan con claridad las posiciones el PSOE está abocado a una fractura como no se producía desde hace décadas.

Si Pedro Sánchez repite su "no es no", hay que apuntar a la resolución del comité federal de diciembre pasado en la que los líderes territoriales pusieron sus condiciones: No a todo. No a propiciar que gobierne cualquier candidato del PP, por tanto ni sí ni abstención, y prohibición de dialogar con partidos que defienden las consultas territoriales. Sin aportar una salida.

Dos elecciones después, la situación es la misma. Sánchez se reafirma en el no al PP y explora si puede reeditarse su intento de formar una mayoría con Podemos y Ciudadanos. No es lo que quieren los líderes territoriales que apostaron porque Pedro Sánchez, solo, como secretario general, sin su auxilio público, decidiera que los 85 diputados se abstuvieran para que gobierne Rajoy y pasar inmediatamente a la oposición. No lo ha hecho y ellos no se han atrevido a proponerlo o a imponerlo. A medida que pasan las semanas los militantes del PSOE están más cerca de su secretario general en mantenerse en el no lo que atenaza aún más a los líderes territoriales. Sin salida.

Podemos. Situación delicada en Madrid y Galicia

Podemos afronta las elecciones en Galicia y en el País Vasco con un gran frente abierto en Madrid, donde ya ha estallado la disputa por el liderazgo  de la federación regional y donde se prefigura una pugna entre el sector de dirigentes afines a Íñigo Errejón y un grupo más próximo a Pablo Iglesias. A ese enfrentamiento se suma, además, la delicada composición de su candidatura en Galicia.

En Marea, integrada además por Anova, Esquerra Unida y las mareas, es un matrimonio de conveniencia. Logró el pasado julio in extremis un acuerdo para concurrir a los comicios autonómicos ante con el único objetivo de no fragmentar aún más el espectro de la izquierda. Las diferencias de criterio entre la dirección nacional y la cúpula gallega de Podemos no son un secreto, un sector crítico del partido en esa comunidad acusó a Iglesias de intervenir en las negociaciones.

En el País Vasco el partido está más cohesionado. Al frente hay unos dirigentes muy próximos a Errejón, empezando por la líder, Nagua Alba, y su número dos, Eduardo Maura. Tanto es así que el portavoz parlamentario de Podemos ha optado por delegar por primera vez desde el nacimiento de la formación la organización de la campaña en esa comunidad. Su presencia tanto en Euskadi como en Galicia, al igual que la de Iglesias, será en cualquier caso más modesta que en otras ocasiones.

La dirección nacional de Podemos está inmersa en el debate interno que afecta a Madrid y en la preparación de un congreso regional que anticipará el pulso entre los distintos sectores en los máximos órganos del partido. El cónclave estatal estaba previsto para finales de año o principios de 2017, pero la posible convocatoria de nuevas elecciones obligaría a retrasar esa cita.

Ciudadanos. Problemas en Galicia y por el sí a Rajoy

El futuro de Mariano Rajoy provocó tensiones internas en Ciudadanos durante todo el mes de julio. Como adelantó EL PAÍS, los fundadores del partido, además de varios miembros de la Ejecutiva, se mostraron en contra de mantener la promesa electoral de no favorecer la continuidad del ganador de las elecciones. Rivera transigió, primero con una abstención y luego negociando el voto afirmativo de sus 32 diputados. Eso trasladó la tensión interna hacia otro punto: la pérdida de credibilidad de los portavoces y el mismo líder, que durante meses se comprometieron a no permitir que Rajoy se perpetuara en La Moncloa.

La solución de ese conflicto ha llevado dos meses, los que ha tardado Ciudadanos en transitar del no al sí en la investidura a Rajoy, lo que a su vez ha frenado el desbloqueo. Esta formación afronta ahora las elecciones autonómicas de Galicia y el País Vasco desgarrado por las tensiones internas. Entre las dos Autonomías no llega a los 1.500 afiliados. En la primera ha sufrido decenas de bajas voluntarias, y ha iniciado varios expedientes de expulsión por las protestas que acompañaron a la sustitución sin primarias de Antonio Rodríguez como número uno del partido por A Coruña para las elecciones generales del 26-J. En la segunda también fue expulsada la cabeza de lista por Vizcaya para el 20-D, enzarzada en un conflicto interno con Nicolás De Miguel, ahora candidato autonómico.

Eso no ha impedido que la formación fiscalice los problemas del resto de partidos, a los que atribuye el bloqueo en las negociaciones para formar gobierno. “El señor Sánchez parece que tiene problemas en su partido para mantener el liderazgo, la secretaría general, y no se sabe muy bien si defiende los intereses generales del país, los partidistas o los personales”, dijo esta semana José Manuel Villegas, vicesecretario general, que hizo extensible esa crítica a Rajoy, que no se abstuvo para permitir un gobierno socialista en la pasada legislatura. "El señor Sánchez teme por su propio cargo, por su liderazgo, y muchas veces las decisiones se están tomando en esa clave interna en lugar de pensando en los españoles".

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