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La ilusión que mató a Nabil

El marroquí que murió asfixiado en el maletero de un coche en la bodega de un ferri quería llegar a Francia, donde residen cuatro de sus hermanos

Puerto de Almería, donde ayer atracó el ferri donde murió Nabil.
Puerto de Almería, donde ayer atracó el ferri donde murió Nabil. c. b. (EFE)

Abdelwahab M., de 34 años, se despidió el pasado 2 de agosto de parte de su familia en su casa de Taza, una ciudad de 150.000 habitantes del norte del Marruecos, en la zona de interior, a unas dos horas en coche de la costa. Había pasado tres semanas de vacaciones junto a sus padres y varios de sus hermanos. Y ese día, domingo, se dispuso a regresar a Dijon, al este de Francia, donde él mismo trabaja y donde residen también otros de sus tres hermanos.

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El vehículo, un BMW, llevaba muchísimo equipaje. Distribuido por todos lados. Desde frutas a regalos. Y maletas de todo tipo, incluida una de grandes dimensiones. En esa valija, según fuentes policiales, iba escondido Nabil, su hermano de 27 años, que unas horas después fue hallado asfixiado en el ferri con el que cruzaron el Mediterráneo. Abdelwahab asegura que no sabía que su hermano se había metido en el turismo.

El viaje fatal se inició cuando Abdelwahab empezó a recorrer los 235 kilómetros que separan Taza de Melilla. Pasó la frontera y se dirigió al puerto de la ciudad autónoma, donde embarcó con su vehículo en el Sorolla, uno de los buques de Transmediterránea que cubren la ruta hasta Almería. Eran las tres de la tarde y la travesía ronda las cinco horas y media. El barco, con capacidad para 900 pasajeros y 330 vehículos, tenía un nivel de ocupación alto, ya que en estas fechas hay gran afluencia por la Operación Paso del Estrecho.

El hallazgo

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Según la versión de Abdelwahab, arrestado por la Guardia Civil acusado de homicidio imprudente, no sabía que su hermano se había colado en su coche. Él hizo todo el trayecto en la zona de pasajeros del ferri y unos 20 minutos antes de la hora de llegada a Almería, calculada para las 20.30, bajó al garaje para subirse en su vehículo y continuar por carretera el camino de vuelta a su casa en Francia. Fue en ese momento, según declaró este martes ante el juez de instrucción número 1 de Almería —que decretó su ingreso en prisión preventiva—, cuando vio un brazo que sobresalía dentro del maletero.

Al asomarse, vio a su hermano con signos de asfixia. Entonces, salió corriendo para alertar al personal de la naviera. Los servicios sanitarios del barco no pudieron hacer nada por Nabil, que murió en el mismo buque.

Abdelwahab fue detenido por estos hechos poco después. La investigación sobre el suceso, a cargo de la Guardia Civil, ha concluido que ayudó a su hermano a esconderse en el coche para que pudiera entrar ilegalmente en algún país comunitario europeo, previsiblemente Francia, donde residen varios hermanos. También tiene familiares con un parentesco más lejano en Murcia. Tanto la fiscalía como el juez de instrucción han refrendado esta tesis.

Según las fuentes consultadas, el detenido reconoció ante el juez que sabía que su hermano "tenía interés" por trasladarse a Europa, que era algo que le gustaría hacer, pero que en ningún momento pensó que sería capaz de llevar a cabo semejante acción. "Era su ilusión venir", le dijo el acusado de homicidio al magistrado. Negó insistentemente su relación con los hechos y explicó que el fallecido, incluso, le había ayudado a introducir el equipaje en el coche. Nabil, según indican otras fuentes, trabajaba en una empresa del sector de la automoción en Tánger.

"Absolutamente hundido"

Cuando el domingo se descubrió la muerte de Nabil, su hermano estaba "absolutamente hundido". El abogado del detenido, Félix Solís, dijo este martes en la puerta de la Ciudad de la Justicia de Almería que su cliente se encontraba "abatido", pero algo más tranquilo, y que había sufrido "una descarga emocional" cuando pudo reencontrarse en el juzgado con dos de sus hermanos, que viajaron desde Dijon hasta Almería para estar con su familiar. El juez permitió el encuentro entre los tres hombres para intentar aliviar el drama familiar.

El cuerpo de Nabil será repatriado en breve a Taza. Allí le esperan sus padres. Mientras, el coche en el que murió asfixiado el marroquí permanece en el puerto de la ciudad andaluza, a la espera de su traslado a un depósito judicial. En el recinto portuario, el más transitado durante la Operación Paso del Estrecho tras el de Algeciras (Cádiz), el movimiento de viajeros que van y vienen entre África y Europa continúa. Sin descanso.

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