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Chaves deja el escaño con un duro alegato contra el juez del Supremo

Pedro Sánchez elogia a Chaves y Zarrías y recalca que “no se han enriquecido”

Manuel Chaves y Gaspar Zarrías, en el Congreso el pasado 18 de junio.
Manuel Chaves y Gaspar Zarrías, en el Congreso el pasado 18 de junio. Bernardo Perez

El expresidente andaluz Manuel Chaves y el que fuera su número dos en la Junta, Gaspar Zarrías, renunciaron este lunes a su escaño en el Congreso. Los dos cumplen así con lo que comunicaron al PSOE cuando se conoció que el instructor del caso de los ERE en el Tribunal Supremo ve indicios de prevaricación administrativa en la cúpula del Gobierno andaluz entre 2001 y 2010. Casi a la vez que Chaves renunciaba al acta, su abogado presentaba en el Supremo un duro escrito de alegaciones contra el instructor del caso.

La exposición razonada que dictó el pasado jueves el juez Alberto Jorge Barreiro no admite recurso, pero los abogados han preparado escritos para dejar constancia de su rechazo a las conclusiones del instructor. El que presentó este lunes el abogado de Chaves incluye críticas muy duras al juez, al que acusa de “desconocer” el procedimiento legislativo y “no respetar la exigencia de la buena fe procesal”.

La defensa del diputado socialista cree que los hechos que le atribuyen tienen “absoluta irrelevancia penal” porque como presidente solo participó “en la formalización de la aprobación” en el Consejo de Gobierno de modificaciones presupuestarias que habían cumplido los trámites legales. También critica la otra acusación del instructor contra Chaves, centrada en las leyes de presupuestos de 2003 a 2009, que contemplaban transferencias de financiación para pagar las ayudas a empresas.

“Dicho sea con el máximo respeto, y en estrictos términos de defensa, pero considerar que la aprobación del proyecto de ley de presupuestos por parte del Consejo de Gobierno de una Comunidad Autónoma puede ser constitutivo de un delito de prevaricación es, además de gravemente errónea, una afirmación que supone desconocer por completo las distintas fases del procedimiento legislativo”, dice el escrito.

Chaves acusa a Barreiro de basarse en “apreciaciones subjetivas” y extraer conclusiones sin que existan indicios incriminatorios. Y lo hace utilizando la misma fórmula que empleó Barreiro para inculparle cuando sostuvo que no se creía que el expresidente desconociera las irregularidades: las conclusiones del juez, según el abogado, “se oponen a las reglas de la lógica de lo razonable y abocan a una situación que linda con lo absurdo y lo inexplicable”.

Entre tanto, en el PSOE solo tienen palabras de elogio hacia Chaves, Zarrías y José Antonio Griñán, que dejó su escaño hace un par de semanas. El secretario general, Pedro Sánchez, fue informado por Chaves el viernes de que dejaría el acta en breve, como ya había anticipado el secretario de Organización, César Luena. El líder del PSOE, en una entrevista en La Sexta, elogió a los dimitidos. “Han hecho un servicio al PSOE al haber asumido en primera persona su responsabilidad política”. Además, remachó que “no se han enriquecido personalmente ni han hecho que se enriquecieran terceros”. Este ha insistido en que para él ha sido “muy duro” personalmente, en tanto que se siente “avergonzado” por la decisión de José Antonio Viera de permanecer en su escaño.

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Lo cierto es que Chaves, Griñán y Zarrías al dejar sus escaños han empezado, en la práctica, a cumplir las penas de inhabilitación con las que el Código Penal castiga la prevaricación administrativa que les atribuye el juez. Y es así sin haberse celebrado el juicio, sin saber si llegarán al mismo como acusados y muchos menos si serán declarados culpables, según reflexionan sus abogados.

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