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Díez gana tiempo al frente de UPyD

Logra el respaldo del Consejo Político y aplaza a junio la decisión sobre su futuro El partido celebrará un congreso extraordinario tras las municipales

Rosa Díez, durante la reunión del Consejo Político de UPyD.
Rosa Díez, durante la reunión del Consejo Político de UPyD. Uly Martín

Rosa Díez seguirá al frente de UPyD al menos hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, a las que el partido acudirá sin intentar antes un acercamiento a Ciudadanos. Ese acercamiento es el que exigían los críticos con la dirección, que este sábado pidieron, en vano, la dimisión de Díez en una tensa reunión del Consejo Político del partido.

La portavoz consiguió —con 82 votos a favor (el 67% del total), 38 en contra y dos abstenciones— el apoyo mayoritario de los consejeros a su compromiso verbal de convocar tras las elecciones de mayo un congreso extraordinario en el que los afiliados decidirán su futuro, el de la dirección y el del programa de la formación de cara a las generales de fin de año. Fue toda una concesión a los críticos. Díez no aclaró si entonces seguirá en el cargo. Todo, en consecuencia, dependerá de los resultados de UPyD en las municipales y autonómicas.

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“Dimitir ahora sería lo fácil para mí”, dijo Díez, que a los 62 años les explicó a los consejeros la firmeza de sus convicciones con una anécdota: “Mis hijos me vieron irme durante años en un blindado, por ETA, y no me dijeron nada. Ahora sí que me han dicho que vuelva a casa, que no merece la pena. Y yo no me voy”, les contó, según fuentes conocedoras de su discurso, pronunciado a puerta cerrada.

La dirección de UPyD, que este sábado reconoció “numerosos errores de táctica política y de comunicación”, neutralizó así los ataques del diputado Toni Cantó, que ejerció de portavoz de la oposición, solicitó la dimisión de la cúpula “en bloque” y llamó a alcanzar acuerdos puntuales con Ciudadanos, la formación con la que UPyD compite por conquistar el centro electoral en España.

“Algunos de los que me quieren matar me harían un funeral de lujo”, afirmó la fundadora del partido durante el Consejo Político, que se reunió como consecuencia de los malos resultados electorales en Andalucía (UPyD no logró entrar en el Parlamento autonómico) y como respuesta a las críticas internas encabezadas en los últimos días por los diputados Irene Lozano, Álvaro Anchuelo y Cantó. “Estoy dispuesta a resistir todo lo que haga falta. Os pido apoyo claro”, cerró. “Han querido darnos por muertos, pero nos reunimos porque estamos muy vivos”, desafió el diputado Carlos Martínez Gorriarán, su fiel aliado.

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La portavoz dio por zanjada la crisis más grave de UPyD desde su creación (2007) tras escuchar duras acusaciones. Cantó la tildó de “irresponsable” por haber negociado con Ciudadanos en 2014 sabiendo de antemano que no aceptaría una fusión, según su versión (“engañó a los afiliados”, le dijo a Díez); y argumentó la necesidad de alcanzar acuerdos puntuales con la formación presidida por Albert Rivera. Los partidarios de Díez acusaron al diputado de falta de concreción en su propuesta de pactos puntuales con Ciudadanos, e interpretaron como una referencia a Díez la pregunta que lanzó durante su discurso: “¿Creemos en una política practicada por dioses o por seres humanos?”, lanzó el diputado. “De una vez por todas debemos pasar de ser una empresa familiar a una profesional donde reine la meritocracia”, añadió Cantó con una argumentación similar a la de Sosa Wagner, el eurodiputado dimitido en octubre de 2014 por sus desencuentros con Díez. “Es lo que pedimos de puertas para afuera. Cumplámoslo”.

La intervención de Cantó fue coronada por una lluvia de aplausos, aunque finalmente su posición fue derrotada. Fue el punto álgido de una reunión vivida entre fuertes tensiones internas y marcada tanto por la “dureza” de algunos discursos como por la “ilusión” por un comienzo nuevo, según describieron fuentes presentes en la sala.

El Consejo duró más de siete horas. Hubo 62 peticiones de intervención y dio tiempo a 54. Pese a que todos los consejeros entraron a la reunión pertrechados con las tarjetas de colores que debían valerles para expresar su voto a mano alzada, finalmente la votación fue secreta a petición de varios ponentes, que temían que los opositores quedaran marcados frente al núcleo duro de Díez.

Así se cerró el salto con red al que se sometió la portavoz. Rosa Díez llegó a la cita con una propuesta de máximos: o una UPyD autónoma de Ciudadanos o su dimisión. Calculó la apuesta sabiendo previamente que contaba con los apoyos suficientes en el Consejo Político. Ahora se enfrenta a una votación que no tiene nada de controlable: en mayo, UPyD acudirá entre negras previsiones a unas elecciones que marcarán su futuro como fuerza política.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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