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El Príncipe más americano

El nuevo Rey es un profundo conocedor de Latinoamérica y de Estados Unidos Ha asistido a 69 tomas de posesión de mandatarios de Iberoamérica en 18 años

Miguel González
El Príncipe saluda en la toma de posesión de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, en 2010 ante otros mandatarios latinoamericanos.
El Príncipe saluda en la toma de posesión de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, en 2010 ante otros mandatarios latinoamericanos. j. c. ulate (reuters)

"Es la primera vez que asisto a la toma de posesión de un mandatario que es más joven que yo”, le dijo el príncipe de Asturias al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado, en enero pasado. Y eso que Felipe de Borbón ha asistido a 69 tomas de posesión de jefes de Estado iberoamericanos. La última, el pasado 31 de mayo. De hecho, el Rey esperó a que su hijo hubiera aterrizado en Madrid de vuelta de El Salvador antes de anunciar su abdicación.

Los viajes que ha hecho don Felipe desde que en 1996 el Gobierno le encargara por vez primera la representación de España en las investiduras de los presidentes iberoamericanos no han sido solo protocolarios. Su programa ha incluido habitualmente sendas entrevistas con el mandatario entrante y el saliente y una reunión con representantes de la sociedad local, miembros de la llamada “generación del Príncipe”, que ya peina canas. “Pocas personas conocen tan profundamente América Latina como don Felipe”, explica Jesús Gracia, secretario de Estado para Iberoamérica, que le ha acompañado en múltiples ocasiones en los últimos dos años y medio.

Don Felipe no pudo participar en la Cumbre Iberoamericana de Panamá, en octubre pasado, porque Zarzuela quería evitar a toda costa la imagen de que el Rey había sido ya sustituido por su hijo. El Príncipe tuvo que conformarse con visitar los aledaños de la cumbre --estuvo en Panamá en esas mismas fechas, en el Congreso de la Lengua y la conmemoración del descubrimiento del Pacífico—sin intervenir en sus debates.

Consumada la sucesión, la cumbre de Veracruz (México), en diciembre, será la primera del Príncipe y la prueba de fuego para comprobar si la comunidad iberoamericana puede sobrevivir sin el aliento de sus dos principales impulsores: don Juan Carlos y el primer secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias. La ventaja de don Felipe es que conoce a todos los invitados a Veracruz, aunque algunos no se conozcan entre sí.

Los Príncipes de Asturias junto a Carlinhos Brown en su visita a la favela Candeal en Salvador de Bahía, dentro de un viaje oficial a Brasil en 2005.
Los Príncipes de Asturias junto a Carlinhos Brown en su visita a la favela Candeal en Salvador de Bahía, dentro de un viaje oficial a Brasil en 2005.Marcelo Sayao (efe)

Si América Latina es el punto fuerte de don Felipe, no lo es menos Estados Unidos, donde no solo estudió -entre 1993 y 1995 hizo un máster en Relaciones Internacionales en la universidad de Georgetown (Washington DC)-, sino que ha vuelto luego en 19 ocasiones, la última en noviembre pasado, a Florida y California. Menos experiencia tiene en los países árabes, pero aquí contará con el asesoramiento del Rey, que será su mejor consejero y podrá al servicio de su heredero su extensa red de contactos, según fuentes diplomáticas.

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La comparación entre don Juan Carlos y don Felipe resultará inevitable. El primero es de trato directo, extrovertido y con frecuencia campechano, mientras que el segundo parece reservado y serio. Gracia lo niega y asegura que, aunque muy diferente a su padre, don Felipe es “afable y accesible” en la distancia corta, “y todo el mundo destaca su sencillez”. Además de su paciencia: a cualquier lugar al que va despierta el interés por hacerse una fotografía con él, sobre todo entre el público femenino, y él soporta la cascada de flashes sin perder la sonrisa. Lo que le pueda faltar de experiencia internacional lo suple con una “sólida preparación y un estudio concienzudo de los temas”, según sus colaboradores.

En los últimos años la agenda internacional de Felipe de Borbón se había hecho cada vez más densa. Antes de fin de año tenía previsto viajar a Corea del Sur y Japón, a este último país en devolución de la visita que hizo hace un año a España el príncipe Naruhito. Pero las prioridades de un Rey no son las de un heredero, por lo que Zarzuela y Exteriores están diseñando ya la primera gira internacional de Felipe VI, con el objetivo de que se presente a los países vecinos: Marruecos, en primer lugar, y Portugal y Francia, luego. Pero antes de eso don Felipe podría repetir el viaje inaugural del reinado de don Juan Carlos en 1976: República Dominicana (es decir, La Española, la primera tierra americana que pisó Colón) y Washington.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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