Este no es el monstruo del lago Ness

Se cumplen 81 años de la primera imagen tomada a la criatura

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Nessi captado por el cirujano R. K. Wilson, en 1934
Nessi captado por el cirujano R. K. Wilson, en 1934

Hace 81 años Marmaduke Wetherell le tomó el pelo a la prensa británica y a todos aquellos que creían que el monstruo del lago Ness existía. Este cazador fue el enviado especial del periódico Daily Mail a las Tierras Altas de Escocia en busca de la preciada instantánea que calmara las ansias del medio por conseguir una exclusiva. La misión no dio resultados y no se pudieron certificar los supuestos avistamientos que durante la década de los treinta elevaron de rumor a mito la existencia de esta criatura. El diario le despidió y decidió vengarse. Su treta azuza desde entonces la leyenda.

Portada del 'Daily Mail' con la imagen de Nessi firmada por un supuesto cirujano

Wetherell convirtió un submarino de juguete en un animal con la cabeza de una serpiente. El montaje lo envió al periódico firmado con el nombre del cirujano R. K. Wilson para darle más empaque, y fue suficiente para que el Daily Mail lo llevara a su portada y se escribiera un nuevo capítulo en la historia de Nessi. En 1993, Christian Spurling, yerno del creador, confesó la broma, pero no importó que desvelara el truco. Los avistamientos se siguen produciendo, las teorías siguen alimentándose, Escocia sigue beneficiándose del mito y ahora Google se une a través de la aplicación Street View con la que poder otear las profundidades del lago en busca de un dinosaurio, un elefante, un cetáceo o cualquier criatura que quepa en la imaginación del creyente.

La foto de 1934 es solo la primera página de un álbum que se construye año a año como certifican distintas webs. En la década de los setenta, una expedición organizada por el doctor Robert H. Rines, abogado y profesor de Boston, respaldada por la Academia de Ciencias Aplicadas de Boston y por The New York Times obtuvo una serie de imágenes que consiguieron colarse en la prestigiosa revista Nature, en la que se planteaba el supuesto nombre de la especie encontrada: Nessiteras rhombopteryx.

Una de las imágenes tomadas durante la expedición de Robert H. Rines en los setenta

En 2003, la BBC envió otra equipo a la zona, pero no encontraron nada. Con el nuevo siglo, la tecnología contribuyó a la leyenda. Ya no era solo la palabra de un científico, divulgador o curioso, la técnica permitía al común de los mortales comprobar de primera mano qué se escondía bajo las aguas del lago. En 2014, tras casi un año de sequía, un estudiante publicó la imagen de una extraña mancha. El joven obtuvo la imagen satelital usando un programa de Apple. Se compartió en internet y surgieron las teorías.

Aunque rápido se concluyó que era la estela de un barco, Iker Jiménez prefirió llamar al zoólogo Fernando G. Stiges para que le diera su propia interpretación en su programa de misterio Cuarto Milenio. "La forma y el tamaño, más grandes que el de una casa que se ve cerca de la orilla, confirman que es imposible que sea un animal conocido o que haya existido", aseguraba el experto. "Tiene una forma con cierta simetría bilateral propia de los vertebrados. Lo primero que se me vino a la cabeza fue un tiburón ballena". Pero, claro, era imposible que este animal nadara por aguas dulces.

Así que Stiges, negando la posibilidad que fuera el rastro dejado por una embarcación porque el lago Ness es muy oscuro, volvió a dejar la puerta abierta a nuevas teorías. "Habitualmente se producen este tipo de avistamientos en grandes lagos que recuperan el mito de los grande monstruos", relató. "Hay miles de especies que aparecen cada año y nos sorprenden", decía mientras que en pantalla se recuperaba una grabación de una extraña criatura en un lago de Florida.

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