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Un enfermero británico con ébola es evacuado de Sierra Leona

La República Democrática del Congo confirma dos casos, los primeros del país. La OMS contabiliza 1.427 muertes y 2.615 casos en África desde diciembre.

José Naranjo
Enfermos con el virus del ébola en el exterior de un hospital de Médicos sin Fronteras en Monrovia (Liberia).
Enfermos con el virus del ébola en el exterior de un hospital de Médicos sin Fronteras en Monrovia (Liberia). Z. DOSS (AFP)

Un enfermero británico que reside en Sierra Leona fue evacuado este domingo en dirección a Gran Bretaña después de que las pruebas confirmaran que ha contraído el ébola, según ha confirmado el Ministerio de Sanidad inglés.

Se trata de un joven de unos 25 años de edad que hace aproximadamente un mes se presentó voluntario para trabajar en el hospital de Kenema atendiendo a pacientes contagiados con el virus.

Un epidemiólogo senegalés es el primer empleado de la OMS contagiado

“Este chico es un campeón, una persona generosa y extraordinaria que se fue hasta Kenema cuando casi nadie quería trabajar allí. Durante un par de semanas sólo estuvieron él y dos enfermeras locales a cargo de todo”, asegura Marta Lado, médico española que trabaja en Freetown y que conoció al joven, cuyo nombre es William.

El joven, dentro de la gravedad, se encuentra relativamente bien, pues aunque tiene fiebre, aún puede comer por sí mismo y está consciente. Eso significa que su carga viral es aún baja y que se contagió hace relativamente poco tiempo.

Protestas en Monrovia (Liberia) contra la cuarentena.
Protestas en Monrovia (Liberia) contra la cuarentena. j. moore (getty)

Fue evacuado este domingo por un avión C17 de las Fuerzas Aéreas Británicas desde Freetown hasta Londres, donde estaba previsto su ingreso en el Royal Free Hospital, al norte de la ciudad, informó el Ministerio. Se trata del segundo ciudadano europeo contagiado de ébola que es trasladado a su país después del religioso español Miguel Pajares, que falleció en Madrid. Las autoridades sanitarias británicas han asegurado que el riesgo de que el virus se extienda por Gran Bretaña es “muy bajo”.

El hospital de Kenema, donde trabajaba el enfermero británico, alberga el centro de aislamiento nacional de referencia para pacientes de ébola y en la actualidad está gestionado por el Ministerio de Sanidad sierraleonés en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Allí trabajaba el doctor Umar Khan, especialista en la fiebre hemorrágica de Lasa, que falleció a finales de julio pasado también de ébola. Sólo en este complejo hospitalario ha muerto una veintena de trabajadores sanitarios, lo que le convierte en el más afectado de todo el país.

“Es pronto para lanzar campanas al vuelo”

El pasado jueve 21 de agosto los dos misioneros estadounidenses que eran tratados del virus del Ébola desde hacía tres semanas en una sala de aislamiento de un hospital de Atlanta (Estados Unidos) fueron dados de alta. Fueron los dos primeros pacientes —junto al religioso español fallecido Miguel Pajares— en recibir el fármaco experimental ZMapp, anteriormente solo probado en animales.

“Que el tratamiento en los dos pacientes norteamericanos haya funcionado, en sí, no supone más que un motivo adicional de esperanza”, explicó a EFE el biólogo José Antonio López Guerrero, investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (Madrid). “Pero es pronto para lanzar las campanas al vuelo”, subraya el experto, ya que el medicamento experimental tiene que pasar aún por varios ensayos clínicos. Según este virólogo, miembro de la Sociedad Española de Virología, el uso compasivo —administrar un medicamento antes de su aprobación— “no supone un criterio estadístico válido” para confirmar la efectividad real de un fármaco: “Se tienen que llevar a cabo los ensayos clínicos preceptivos”.

Un medicamento tiene que pasar por cuatro fases clínicas. En la primera, unas pruebas identifican la seguridad, tolerancia y dosificación de la molécula; en la segunda, se prueba los efectos del fármaco y se busca la mejor forma de administrarlo; en la tercera, el medicamento se prueba en grupos de control más amplios; y en la cuarta, se realizan estudios post mercado, una vez ya aprobado por las autoridades competentes. En total, una proceso que lleva una media de doce años. Por ello López Guerrero insiste en que la noticia del alta de estos dos pacientes hay que tomarla con cautela.

El biólogo explica que hay algunos estudios que apuntan a que pacientes que se recuperan de forma natural del ébola siguen portando viriones en algunos fluidos —semen, por ejemplo— durante varias semanas. “Lo dicho, cautela, prudencia y seguir los cauces científicos y clínicos adecuados”. En el caso del ébola, continúa, se están estudiando diversos fármacos —todavía en la poyata— e, incluso, hay proyectos para probar posibles vacunas: “Algunos de estos medicamentos están bastante avanzados para empezar, en un futuro próximo, con las solicitudes de fases clínicas”.

Por otra parte, el Ministerio de Sanidad de República Democrática del Congo confirmó este domingo que dos de los ocho casos sospechosos de ébola han dado positivo, en lo que suponen las primeras infecciones por el virus en el país, que sería el quinto donde se han dado casos. Situado en el centro del continente, la RDC es el primer país fuera de la parte occidental de África donde se registra el virus.

La OMS informó también ayer de que un epidemiólogo senegalés que se desplazó a Sierra Leona para luchar contra la epidemia también se ha contagiado del virus (su identidad no ha trascendido). De momento, este experto está siendo atendido en el país africano, aunque el organismo sanitario internacional no descarta su posible traslado a algún otro país.

“Es la primera vez que alguien que trabaja bajo los auspicios de la OMS contrae esta enfermedad”, ha informado este organismo en un comunicado, en el que añade que más de 225 trabajadores sanitarios se han contagiado y alrededor de 130 han fallecido en el presente brote, que sigue avanzando por los países africanos.

“En Sierra Leona la situación sigue siendo mala”, aseguraba este domingo la doctora Marta Lado desde Freetown, donde coordina el centro de aislamiento del hospital de Connaught, “aunque en los últimos días hemos visto alguna mejoría. Hay una ralentización de casos en Kenema y Kailahun (principal foco de ébola en el país), pero vemos que empiezan a aparecer más en otros lugares, como Bo o Port Loko, es decir más hacia el oeste. Se nota que han llegado algunos recursos y que se empieza a vigilar mejor las cadenas de transmisión, pero aún queda muchísimo por hacer”, aseguraba.

Precisamente este sábado, la OMS publicaba las últimas cifras de esta epidemia, que ya registra 1.427 muertos y 2.615 casos desde que se produjo el primero en el mes de diciembre. En solo dos días, entre el 19 y el 20 de agosto, se registraron 142 nuevos contagios y 77 muertes.

En este momento, Liberia es el país donde el virus avanza con mayor rapidez y ya contabiliza 1.082 casos y 624 fallecidos. Guinea, donde parecía que la situación estaba estabilizada, vuelve a registrar 28 nuevos contagios y suma un total de 406 muertos y 607 casos.

Sierra Leona ha sufrido 392 fallecimientos entre las 910 personas que se han contagiado, mientras que en Nigeria las cifras son de 16 casos y 5 fallecidos.

Pese a que la OMS sigue recomendando que no se produzcan restricciones de viajes ni cierre de fronteras con la zona afectada, cada vez son más los países que desoyen dicho consejo. Costa de Marfil anunció este sábado el cierre de sus fronteras terrestres con Guinea y Liberia después de haber cancelado los vuelos desde los países afectados por la epidemia. También el Gobierno de Filipinas anunció el domingo que ordenará la evacuación de los más de 3.000 filipinos que se encuentran en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona a causa de la epidemia de ébola en estos tres países africanos.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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