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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El foso de la incomprensión inducida

Los nacionalistas suelen quejarse siempre de que en España no se comprende a Cataluña

Francesc de Carreras

Los nacionalistas catalanes suelen quejarse siempre de que en España no se comprende a Cataluña. Lo cierto es que, día tras día y durante muchos años, en los medios de comunicación catalanes se dedican ímprobos esfuerzos a lo contrario, a que los catalanes no comprendan a los españoles y, sobre todo, les cojan manía si no odio. Pero el foso que en los últimos treinta años se ha estado cavando para separar afectivamente a España de Cataluña, y que en estas semanas alcanza su cénit, no es una incomprensión natural y espontánea, sino intencionadamente inducida.

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Me vinieron estas ideas a la cabeza al escuchar ayer a Jordi Basté en su programa de RAC 1, el de más audiencia en aquella hora en Cataluña. Decía Basté, en términos que reproduzco más o menos textualmente, ante la decisión del Constitucional de suspender la ley de consultas no referendarias y la convocatoria de la consulta no (sic) referendaria: “Los magistrados del Tribunal Constitucional han decidido en 59 minutos sobre un texto de casi un centenar de páginas cuando para decidir si era constitucional o no el Estatuto de Cataluña tardaron cuatro años”.

Consecuencia lógica: es evidente que el Constitucional se ha limitado a cumplir las órdenes del Gobierno demostrando una vez más que es un órgano político y no jurisdiccional. ¿Dónde está la división de poderes? Desde hace unos años, el Constitucional es visto en los medios de comunicación nacionalistas como la imagen de la España castiza, centralista y reaccionaria.

El Constitucional es visto como la imagen de la Espala castiza en los medios nacionalistas 

La comparación que hace Jordi Basté entre la sentencia del Estatuto y la resolución de hace dos días está errada en su base: una cosa es la admisión a trámite de un recurso y otra muy distinta una resolución sobre el fondo. Para la admisión a trámite no necesitan los magistrados leerse, menos aún debatir, el texto del recurso, sino comprobar simplemente si se han cumplido determinados requisitos formales: legitimación de los recurrentes, fecha de entrada en el registro, naturaleza jurídica de la norma o acto impugnado y poco más. En realidad, cuando los magistrados entraron en la sala de reuniones ya tenían respuesta a estas cuestiones.

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Basté, en cambio, no comenta la naturaleza real del asunto: que Mas y la mayoría parlamentaria que le sostiene aprueban esta ley, a sabiendas contraria al orden constitucional, precisamente para hacerse las víctimas y alegar que España —y no las leyes— les impide votar. Y, además, también podría decirse —aunque no lo digo— que, dado que Artur Mas acababa de acusar al Gobierno de haber reaccionado con “velocidad supersónica”, Basté simplemente se hacía eco de sus palabras. Algunos buscan cada día que el foso de la incomprensión (inducida) se agrande.

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