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Pashu, la princesa rapera de Suazilandia

La hija mayor del rey Mswati III, muy criticada en su país por su estilo de vida occidental, dedica canciones de alabanza a su progenitor

José Naranjo
La princesa Sikhanyiso Dlamini, al centro, el pasado agosto en Luve.
La princesa Sikhanyiso Dlamini, al centro, el pasado agosto en Luve.GIANLUIGI GUERCIA (AFP)

Se llama Sikhanyiso Dlamini, pero todos la conocen en su país como la princesa Pashu. A sus 28 años recién cumplidos, la hija mayor del rey Mswati III de Suazilandia, un pequeño país africano considerado la última monarquía absolutista del continente, se ha hecho muy conocida desde que grabara una canción de alabanza hacia su progenitor en la que se atreve con el rap. “Tú eres el padre, eres el jefe, eres el héroe, exaltado como un príncipe del pueblo. Tu gloria es mágica, aclamemos a nuestra majestad. Porque no hay nadie como tú, oh, tú eres el dios de las naciones”, canta la joven Pashu, que lleva una vida de lujos y excesos mientras su país vive en la miseria y sufre una de las tasas más altas de Sida del mundo (23,9%).

Con unas enormes pestañas, una brillante diadema real y unos pendientes kilométricos, ataviada con un traje dorado, Pashu entona su canción Hail Your Majesty mientras se puede ver el escudo suazi de fondo y deja ver sus nada discretas uñas postizas. Sin embargo, pasados dos minutos, el tema se convierte en un rap y la joven, vestida ahora con un pareo tradicional, se atreve con este estilo más urbano y moderno. La elección de la ropa no es casual.

La mayor de los 30 hijos de Mswati III, un monarca que detenta todo el poder en Suazilandia y que se ha casado hasta en quince ocasiones, ha sido muy criticada en su país por su estilo de vida occidental. Tras estudiar arte dramático y comunicación digital en Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia, la joven Sikhanyiso, miembro del consejo real y directora de una fundación para “la emancipación de las mujeres”, se muestra muy crítica con la corrupción de los políticos en Suazilandia, pero excluye de la denuncia a su propio padre, cuya asignación de 61 millones de dólares anuales y su vida de despilfarro que incluye una flota de limusinas, un jet de lujo y numerosos palacios para sus esposas, contrasta con la situación económica de su país, donde dos de cada tres personas viven con menos de un dólar al día.

Una de las costumbres más célebres de Suazilandia es la anual danza de los juncos o Umhlanga, durante la cual decenas de miles de jóvenes vírgenes bailan ante el rey que puede elegir a una de ellas como su nueva mujer. Aunque Mswati III tampoco necesita esperar a esta celebración. En 2002 dos miembros del servicio real secuestraron a una joven de 18 años de un instituto para convertirla en la décima esposa real. “Suazilandia es el país más democrático del mundo”, llegó a decir Pashu en su cuenta de Twitter olvidando el hecho de que la actividad política está muy limitada y todo partido que se atreva a cuestionar la monarquía es ilegal. Pero ella va a lo suyo. “Mi sentido del hip hop viene de las tradiciones culturales suazis, me inspiran, se parecen al rap. De ahí me viene el ritmo”, dijo en unas recientes declaraciones a AFP.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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