_
_
_
_
_

Expresidentes a cuerpo de rey

Giscard d’Estaing es el más caro de los antiguos jefes del Estado francés, con un gasto anual de 2,5 millones, le siguen Nicolas Sarkozy y Jacques Chirac

Gabriela Cañas
Sarkozy y Hollande se saludan a las puertas del Elíseo, a principios de mes.
Sarkozy y Hollande se saludan a las puertas del Elíseo, a principios de mes.PATRICK KOVARIK (AFP )

A Francia le cuesta más dinero mantener a sus tres últimos expresidentes de la República que a su presidencia actual. Ese es el resultado del pormenorizado análisis realizado por un diputado socialista, René Dosière, que lleva años analizando los presupuestos de la más alta instancia del Estado. A base de preguntas parlamentarias al Gobierno, cuyas respuestas han tardado meses e incluso años en llegar, Dosière ha llegado a la conclusión de que Valéry Giscard d’Estaing es el expresidente más caro, con un gasto anual de 2,5 millones de euros. Le sigue de cerca Nicolas Sarkozy (2,2 millones) y el tercero en el palmarés es Jacques Chirac, con 1,5 millones. En total, la cifra supera los seis millones anuales, por encima del presupuesto del Elíseo que, tras los recortes, está en 5,5. Es el precio de la “monarquía republicana”, como la denomina en broma Dosière, frente a la “república monárquica española”. A veces, cuando se compara el precio de mantener a una familia real se olvida el peso presupuestario de todos aquellos que abandonaron el trono republicano, sujeto al mandato democrático de las urnas.

El Estado francés no solo paga un sueldo importante a los expresidentes. También afronta el pago de sus oficinas privadas, del personal que trabaja para ellos, de los coches oficiales y, por supuesto, de la seguridad. El problema, como indica el propio Dosière, que ha colgado su informe en su blog, es que no hay un estatuto que fije todas las condiciones, de modo que el gasto responde en parte a las demandas de cada uno. Todos tienen asignado un sueldo de 6.000 euros mensuales que se duplica en el caso de ocupar el asiento al que tienen derecho en el Consejo Constitucional, lo que solo hace Giscard. Pero, además de tener muchos gastos pagados de por vida e incluso más allá (sus viudas percibirán la mitad del sueldo), estos reyes destronados no están limitados por ninguna incompatibilidad, de manera que suman a sus emolumentos públicos sus actividades privadas.

Dosière pide un estatuto jurídico y una limitación en el tiempo de cinco años para disfrutar de tantos privilegios. “Tal como está la situación encuentro que es escandalosa”, añade. Hasta 2002, el mandato presidencial duraba siete años y solía ser más estable. François Mitterrand permaneció 14 años en el puesto, Giscard, siete y Chirac, 12. Pero la presidencia de Sarkozy ha sido ya de solo cinco años y los sondeos alejan la perspectiva de que François Hollande supere ese plazo, lo que multiplicará en el futuro los gastos en este capítulo, si bien Dosière considera que no se trata de dinero (“son cantidades pequeñas en términos relativos”), sino de evitar la opacidad y de dar ejemplo en el gasto.

Los tres expresidentes disponen, por cuenta del Estado, de un despacho. El de Giscard es el más caro de todos, pues el alquiler cuesta 25.000 euros anuales. “Tiene cocina porque a veces el personal come allí y también porque a veces tiene invitados”, explica Dosière. Además del personal necesario para mantener el despacho y trabajar para él, Giscard dispone de dos suboficiales del Ejército de Tierra y tres suboficiales de la Marina. Pero cualquier comparación evidencia que si hay un presidente destronado con hábitos aristocráticos, ese es Giscard d’Estaing, pues al personal militar con el que cuenta a su entera disposición se suman tres funcionarios. Chirac solo tiene dos y Sarkozy, ahora al frente de su partido, la UMP, dispuesto a recuperar el Elíseo, solo uno.

Este diputado socialista considera que sus cálculos se quedan cortos. Entre otras cosas, porque aún está a la espera de conocer los gastos que afronta el Ministerio del Interior en seguridad de los expresidentes. Hay que vigilar sus casas, pero también sus oficinas y asignarles escoltas. En todo caso los funcionarios de turno, según acaba de conocer Dosière, perciben un complemento de destino y en este capítulo, de forma paradójica, son los que trabajan para Sarkozy los más beneficiados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_