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El milagro móvil en América Latina

La región se convertirá en 2020 sea el segundo mercado mundial

Varias personas se conectan a Internet en la avenida 23 de la Habana.
Varias personas se conectan a Internet en la avenida 23 de la Habana. Raúl Abreut

Lorenza Solís desconoce el significado de la palabra smartphone, pero todas las mañanas, antes de dar su paseo matutino, verifica si lleva consigo su Samsung Galaxy Star 2. Esta señora mexicana de 79 años se ha incorporado recientemente al mundo tecnológico. Envía mensajes por Whatsapp, revisa el estado del tiempo y esporádicamente hace una fotografía con su móvil. “Mis hijos me regalaron este teléfono que apenas sé utilizar… es muy complicado”, dice vía telefónica esta nueva usuaria que ha favorecido el aumento en el número de dispositivos móviles inteligentes en América Latina.

Desde Tijuana (México), hasta el estrecho de Magallanes (Chile) la expansión de los teléfonos inteligentes ha golpeado con fuerza. En 2014, se contabilizaron en toda América Latina más de 270 millones de smartphones, un 54,6% más que en 2013, según cifras de Ericsson. “La expectativa es que en 2020 haya más de 605 millones”, asegura Sebastián Cabello, director regional de GSMA, asociación internacional de operadores móviles.

Dentro de cinco años, América Latina ocupará el segundo puesto a nivel mundial, en cuanto a la base instalada de teléfonos inteligentes, tan solo detrás de Asia, según un análisis de GSMA. Actualmente, Brasil es el principal mercado de teléfonos inteligentes en la región —con 89,5 millones de conexiones— y el quinto más grande del mundo después de China, Estados Unidos, India e Indonesia, de acuerdo con el informe de la consultora.

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En los años 90, el acceso a un teléfono móvil era todo un lujo en la región, afirma Pablo Bello, director ejecutivo de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET). Ahora, el mercado móvil de América Latina es el cuarto más grande del mundo, con casi 326 millones de suscriptores únicos y 718 millones de conexiones, de acuerdo con datos de GSMA. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en la región existen más conexiones que personas.

La penetración de la telefonía celular en la zona —independientemente de las características del aparato al que se tiene acceso— ha alcanzado un 112%, cuando en la media global es de 85% y en España alcanza el 108%, según Bello. “América Latina vive un milagro, cada vez hay más personas comunicándose a través de un móvil”, dice Jesús Romo, analista de Telconomia, consultora de IT.

En el caso de los dispositivos inteligentes, en 2010 apenas llegaban a los 32 millones, explica Romo. “En cuatro años, la cifra de aparatos se ha incrementado un 740%. En ninguna parte del mundo se ha dado este aumento”, comenta el experto. La bajada en el precio de los dispositivos, el aumento en el ingreso de las familias junto a la creciente cantidad de servicios en línea, aplicaciones y contenido virtual han impulsado esta “revolución”, recalca Bello.

Los smartphones tienen incluso mucho más éxito que las conexiones fijas a Internet, explica Osvaldo Franco, analista de eMarketer, firma de análisis tecnológico. “En Latinoamérica la banda ancha fija nunca terminó de llegar. En los próximos años, las personas que no han tenido acceso a Internet accederán a este servicio a través del móvil”, resalta.

En la región, siete de cada 100 habitantes están abonados a un servicio de banda ancha fija, mientras que el 10% lo está a la banda fija móvil, según la UIT. Latinoamérica dará un paso de gigante cuando los precios de los dispositivos sean más reducidos, subraya Romo.

Un análisis de McKinsey indica que la caída continua de los precios de los terminales ha contribuido a la adopción de smartphones, pero, por el momento, dichos dispositivos siguen estando fuera del alcance de una gran parte de la población. El estudio de McKinsey indica que el precio promedio minorista de un dispositivo inteligente en 2013 suponía el 5,8% del PIB per cápita en Colombia (439 dólares), el 4,5% en Brasil (521 dólares) y el 2,6% (259 dólares) en México. “Esto hace que los smartphones estén muy lejos del alcance de aquellos segmentos más pobres”, destaca Cabello.

Para José Otero, director para América Latina de 4GAmérica, organización compuesta por proveedores de servicios y fabricantes de telecomunicaciones, el gran reto es que el crecimiento en el número de dispositivos vaya acompañado de una mayor tecnología en los aparatos. Actualmente, el 51,6% de las conexiones que predominan en la zona son de segunda generación (2G), con acceso limitado a datos, y un 44,6% son de tercera (3G) que permite mayores velocidades, según datos de la consultora internacional Ovum.

Otero prevé un cambio de tendencia en los próximos cuatro años. El 60% será 3G y un 23,3% de los móviles tendrá servicio 4G. Los servicios 2G irán en decremento hasta llegar al 16,7% de los móviles hacia 2019, explica el experto de 4GAmérica. “El porcentaje creciente de conexiones de mayor velocidad refleja, en gran medida, el aumento en la tasa de adopción de smartphones”, detalla Cabello, de GSMA.

Antonio García Zaballos, especialista en telecomunicaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dice que antes de pensar en el futuro las empresas y los Gobiernos de la región deben concentrarse en el presente. “Ahora hay que invertir para permitir el crecimiento del tráfico de datos”, agrega García Zaballos. Es probable que los niveles de inversión aumenten de forma considerable durante los próximos años para permitir el desarrollo y el despliegue de la tecnología LTE (Long Term Evolution, conocida como 4G), asegura Cabello.

De acuerdo con el analista de GSMA, en Latinoamérica se esperan inyecciones de 193.000 millones de dólares entre este año y el 2020. “Los de la región siguen haciendo grandes inversiones en sus redes para mejorar su cobertura, su capacidad y la calidad de servicio. Han gastado más de 96.000 millones de dólares en los últimos siete años, pero aún es insuficiente”, resalta Cabello.

Ofrecer tecnología de calidad es el sueño de América Latina, afirma Romo. “No basta tener millones de teléfonos inteligentes en la región… Hay que dotarlos de una buena calidad en el servicio, a eso se llama democratizar la tecnología”, concluye el experto de Telconomía.

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