Cita decisiva en Bruselas
Los líderes europeos iniciaron ayer la cumbre en la que se han puesto todas las esperanzas para salvar el euro con casi todos los frentes abiertos. Pese a lo dicho en los últimos días, se mantienen ciertas discrepancias en el seno de la zona euro, entre Francia y Alemania, y más serias entre los países del euro y Reino Unido.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tiñó con tintes apocalípticos el tono ya habitualmente dramático de sus discursos. Aseguró que la UE "no tendrá una segunda oportunidad" si no llega a un acuerdo en la decisiva cumbre de hoy en Bruselas, y advirtió de que "jamás Europa ha estado tan en peligro, jamás el riesgo de explosión ha sido tan grande".
La única certeza que había anoche en la gigantesca sala de prensa del Justus Lipsius, la sede del Consejo donde se reúnen los líderes de la Unión Europea, es que, esta vez, Silvio Berlusconi no haría una de las suyas.
A. MISSÉ | Bruselas
Unión fiscal y reforma del Tratado de Lisboa son algunos de los puntos clave de la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea
MANUEL DE LA ROCHA VÁZQUEZ
El jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin, quiere que su vuelta a la presidencia del Estado en las elecciones del 4 de marzo sea un gran triunfo personal como líder de la nación, limpio de las salpicaduras de los escándalos que han rodeado la victoria oficial de Rusia Unida (RU) en los comicios legislativos del 4 de diciembre.Putin apuntó hacia dos objetivos: el primero fue distanciarse de RU como si este partido que él creó y dirigió fuera ya un instrumento gastado.
Estados Unidos aseguró ayer que sus críticas sobre las irregularidades electorales en Rusia están "bien fundamentadas" e insistió en que apoyará "las aspiraciones del pueblo ruso por un futuro mejor", con lo que se abre una confrontación con el Gobierno de Moscú, especialmente con Vladímir Putin, de graves repercusiones en las relaciones bilaterales y en el plano internacional.