LAS CONVERSACIONES SECRETAS CON ETA / 1
| Discrepancias semánticas atascan el diálogo
"Lo que yo diga va a misa. Podemos atentar donde queramos y como queramos. Si se rompe el proceso, esto va a ser Vietnam. Responderemos a las detenciones con un atentado en España". Quien amenaza así es Francisco Javier López Peña, Thierry, jefe político de ETA. Le escucha Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos.
Javier López Peña, Thierry, se incorporó al diálogo en septiembre de 2006. Su primera acción conocida como miembro de ETA fue el frustrado asalto a la cárcel de Basauri en los ochenta para liberar a varios presos de ETA, entre los que se encontraba Otegi. Un año después de fracasado el proceso de paz fue detenido en Burdeos.
El Gobierno y ETA iniciaron el diálogo en junio de 2006. Un año antes, en Ginebra primero y en Oslo después, Josu Ternera, huido de la Justicia, y Jesús Eguiguren, presidente del PSE, pactaron las bases de ese diálogo.
LAS CONVERSACIONES SECRETAS CON ETA
| Intercambio de reproches en la negociación
Un atentado anunciado por los terroristas
Entre septiembre y diciembre de 2006 -tras los contactos preparatorios de 2005 y el inicio formal de conversaciones de junio de 2006-, tres representantes del Gobierno se reunieron al menos siete veces con la dirección de ETA. En paralelo hubo otra mesa, de contenido político, entre PSE, PNV y Batasuna en Loyola (Gipuzkoa).
Los enviados del Gobierno salieron el 11 de diciembre de la última reunión con los representantes de ETA con la sensación de que el proceso para el fin del terrorismo había embarrancado sin remedio. Solo 19 días después, ETA puso una furgoneta bomba en el aparcamiento de la nueva terminal de Barajas y la hizo estallar.
El futuro del PSOE
ANABEL DÍEZ / LOURDES LUCIO VERA GUTIÉRREZ CALVO | Madrid
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Mariano Rajoy rompió brevemente ayer el silencio en el que se encontraba inmerso desde la noche electoral para hacer tres anuncios genéricos sobre su política económica: "Hay que controlar el gasto, no vivir por encima de nuestras posibilidades y no gastar lo que no tenemos".
En apenas un año, las empresas de Josefa Otero Río, esposa de Carlos Silva, un alto cargo de la Xunta que fue imputado en la Operación Campeón, logró de la Administración gallega ayudas por casi siete millones de euros.