EUROPA CONVULSA
| Un país al borde del abismo
REBELIÓN CONTRA EL FUTURO
Porque cree que está mejor que muchos otros, Giannis Hasanakos salió ayer a protestar contra la factura social de la crisis económica de Grecia. Perdió el trabajo en junio, con lo que cobra 460 euros de paro, y su mujer, empleada de una empresa constructora de colegios, ha visto caer su jornal de 1.400 a 1.100 euros.
Abrirse, recoger las cosas y marcharse. Un billete de avión y adiós a Grecia. El abogado G. Sarakinos tiene 29 años, una fecha en la cabeza, febrero, y tres destinos posibles: Londres, Bruselas o Singapur. "En mi especialidad, el sector financiero, claro que hay trabajo para un asesor legal en estos tiempos, mucho, pero la mayoría de mis clientes dejó de pagar en abril", explica.
Recortes en Italia
Durante una semana larga, Italia ha vivido pendiente de los palacios. Sorprendida al principio por el golpe de mano del presidente de la República, Giorgio Napolitano, aliviada después por la dimisión de Silvio Berlusconi, perpleja finalmente al comprobar la manera en que los tecnócratas de Mario Monti desplazaban de la escena a unos políticos casi siempre broncos y ahora en extremo corteses.
Cambios de Gobierno
En apenas 15 días, italianos y griegos han visto cómo la crisis de la deuda soberana tumbaba como ramitas en medio de un vendaval los Gobiernos que habían elegido en las urnas. En estos dos países los tiempos y las respuestas ordinarias de la democracia de partidos parecen agotados y atropellados por la magnitud y la velocidad de la crisis.
Por primera vez desde que hace nueve meses empezaron las protestas en Siria contra el régimen de Bachar el Asad se empieza a vislumbrar algún tipo de intervención para proteger a la población civil víctima de la represión. La ONU calcula que desde marzo han muerto 3.500 civiles, pero Walid Safu, presidente del Comité sirio de Derechos Humanos, declaró ayer a la agencia de prensa turca Anatolia que eran ya 4.420.