El maná que supuestamente iba a suponer para el sector turístico valenciano el desvío de visitantes extranjeros desde los países de la cornisa africana, afectada por graves problemas de estabilidad política, se ha quedado en un ligero incremento que se sitúa en la línea de la mejoría general que ha experimentado el sector en la Comunidad Valenciana a lo largo del año.
Las dificultades de la Generalitat para enfrentar su deuda y la falta de liquidez de las empresas complica la inversión en infraestructuras en la comunidad. Sin embargo, la consejera del ramo, Isabel Bonig, indicó ayer que todo dependerá de la "colaboración público-privada" y de que el Gobierno central decida si el gasto que impliquen las inversiones compute "como deuda pública".
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