El Gobierno de la Generalitat, con el presidente Artur Mas a la cabeza, se lanzó ayer a sugerir la existencia de un fraude generalizado en el cobro de la Renta Mínima de Inserción (RMI) como réplica a las duras críticas recibidas por la caótica revisión de esta ayuda.
Dos vendedores, pero una sola empresa. La firma de batidos de origen catalán Cacaolat, propiedad de Nueva Rumasa, está en concurso de acreedores y un juzgado de Barcelona aprobó la venta de su fábrica para obtener ingresos con los que garantizar su futuro. El problema es que Clesa, también de Nueva Rumasa y en concurso de acreedores, es la dueña del 95% de Cacaolat.
Bestiario estival
XAVIER THEROS
El parque la Oreneta es uno de los últimos entornos vírgenes que todavía presenta el mismo aspecto que debía de tener Barcelona antes de ser urbanizada