Parecía que la campaña de las elecciones generales de 2008 -en la que después de 15 años sin debates cara a cara se pactaron dos entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy- iba a servir de ejemplo para recuperar en la política española un formato habitual en las democracias avanzadas.
El PP ha centrado su estrategia de oposición en desgastar a Alfredo Pérez Rubalcaba y, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), puede haber conseguido su objetivo. Los populares ven al vicepresidente primero como el más probable cabeza de lista en las elecciones generales de 2012 y como el enemigo a batir y hacia él dirigen sus dardos.
El Gobierno catalán mantiene el pulso con el Ejecutivo central y anunció ayer, en una primera estimación sobre las cuentas públicas de este año, que se alejará de los objetivos de déficit para las comunidades autónomas al rebasar el 2%, frente al 1,3% acordado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
La situación en que nos encontramos, de principio del fin del terrorismo, origina diferencias de criterio entre los partidos sobre cómo gestionarla. Pero no afectan a lo fundamental: la voluntad común de presionar a ETA para que anuncie el abandono definitivo de las armas.
La Audiencia Nacional decidió ayer mantener la prisión provisional del que fuera máximo responsable de Batasuna, Arnaldo Otegi, por entender que persiste "un elevado riesgo de sustracción a la acción de la justicia" y porque está próxima la celebración de la vista del caso Bateragune, en el que está procesado.
Medina inició su periplo ultra en 1996 en las listas de Alianza para la Unidad Nacional (AUN), que encabezó Ricardo Sáenz Ynestrillas; prosiguió en Falange Española en 1999 y culminó en 2004 como número uno al Congreso de los Diputados por el racista España 2000.