Internacional
Ola de cambio en el mundo árabe
Las fuerzas de seguridad sirias perpetraron ayer una nueva matanza de manifestantes. Ante el crecimiento de la revuelta en la ciudad sureña de Deraa y la extensión de las protestas a otras zonas del país, incluido Damasco, el régimen de Bachar el Asad olvidó las promesas de tolerancia formuladas la víspera y volvió a reprimir con la máxima brutalidad.
La familia El Asad controla todo el poder en Siria. Los hijos del difunto presidente Hafez el Asad crecieron en palacio y se habituaron desde niños a recibir pleitesía, pero, a diferencia de los descendientes de otros dictadores árabes, mantienen el ejemplo del padre: puño de hierro en guante de seda.
Decenas de miles de yemeníes se manifestaron ayer en Saná a favor y en contra del presidente Ali Abdalá Saleh, en un pulso que refleja la división del país y su frágil estabilidad. Soldados que responden al general Ali Mohsen, alineado desde el lunes con el movimiento prorreforma, dispararon al aire para evitar que los partidarios del presidente avanzaran hacia la plaza.
El ataque de grupos leales a la monarquía jordana contra manifestantes a favor de reformas en el reino concluyó ayer con un muerto y decenas de heridos en Ammán. Los grupos progubernamentales lanzaron piedras contra los manifestantes después del rezo del mediodía en la capital jordana.
Intervención aliada en Libia
Con una planificación prevista de hasta tres meses de imposición de una exclusión aérea sobre toda Libia, la OTAN asumirá "en los próximos días todas las operaciones" militares encomendadas por Naciones Unidas para proteger a la población civil de la violencia del régimen de Muamar el Gadafi, según anunció ayer la Alianza.
Para bien o para mal, según el amor o el odio que se le profese al coronel Gadafi, Trípoli espera la llegada de las tropas rebeldes del este del país. Los opositores armados están aún muy lejos de la capital, pero los bombardeos de la coalición de fuerzas extranjeras han extendido la idea entre los tripolitanos de que pronto habrá batalla en las calles.
Desde los cimientos. Los sublevados contra Muamar el Gadafi acometen una empresa descomunal, porque en Libia no se trata de derrocar a un dictador y a su camarilla corrupta, como en Túnez. No es cuestión de impulsar reformas democráticas bajo la tutela del Ejército, como en Egipto.
Una semana después del arranque de la operación en Libia, la coalición internacional que la impulsa empieza por fin a clarificar la estructura de mando militar. Ello, sin embargo, no implica que los aliados hayan alcanzado un acuerdo sobre qué hacer en Libia.
Catástrofe en Japón
Nuevo revés en la crisis nuclear que vive Japón desde que el terremoto y el tsunami del pasado día 11 dañaron gravemente la central de Fukushima I. El Gobierno instó ayer a la población que vive en la franja situada entre 20 y 30 kilómetros de la planta a que la abandone, aunque dijo que la medida se debía a la dificultad de enviarles suministros.
Cuando todo Japón se afana por paliar los efectos del desastre del terremoto, la mafia local, la Yakuza, exhibe una faceta filantrópica. Desde el 11 de marzo, ha enviado a las prefecturas del norte, las más afectadas por el desastre, 70 camiones llenos de comida, agua, mantas y productos de higiene personal por valor de 350.000 euros.
La canciller Angela Merkel previno ayer contra los "experimentos políticos" en el land de Baden-Württemberg. La líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) llegó a Mannheim, la segunda ciudad del Estado federado, para cerrar la agitada campaña electoral y pedir el voto en las cruciales elecciones de mañana.
Más que nunca en su historia, Estados Unidos es un país multirracial. Lo dice el censo de 2010, que lleva la etiqueta de la diversidad. El perfil racial y étnico del país ha cambiado drásticamente en la última década. Cerca de nueve millones de estadounidenses se describen en el censo como multirraciales.