Hacia un nuevo Gobierno catalán
El Tribunal Constitucional (TC) sacó a Cataluña de la foto con el recorte del Estatuto y esta comunidad debe entrar ahora en una nueva era de las relaciones con España. Artur Mas, candidato de CiU, defendió ayer esta idea en la sesión de investidura como presidente de la Generalitat y apuntó una salida cuando menos sorprendente: que Cataluña inicie su propia "transición nacional".
Artur Mas tiene dos temas señalados con un círculo rojo en su agenda más inmediata: la lucha contra la crisis y la lacra del paro, que afecta a 600.000 personas, y la mejora de la educación sin diferenciar entre escuela pública y concertada. El fracaso escolar le horroriza porque afecta a uno de cada tres estudiantes de secundaria y quiere reducirlo a la mitad en 8 o 10 años.
Los socialistas catalanes tienen asumido que la derrota que sufrieron el 28 de noviembre es imposible de maquillar, pero lo que verdaderamente les molesta es que Convergència i Unió (CiU) actúe o pretenda actuar como si hubiera ganado con mayoría absoluta.
Sí a todo, pero no a la "transición nacional de Cataluña". La agenda nacionalista de Convergència i Unió (CiU) es el único escollo para que el Partido Popular (PP) apoye la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat. La presidenta del grupo popular, Alicia Sánchez-Camacho, lo calificó de "debate estéril" y de "aventuras soberanistas".
El Ayuntamiento de Salt es desde anoche el primero de Cataluña en aprobar una moción para reclamar al Gobierno central que deniegue el permiso de residencia por arraigo o el de reagrupación familiar a los inmigrantes que infrinjan las ordenanzas municipales de civismo. No será la única moción en este sentido en Cataluña.