Monseñor Antonio Peteiro, arzobispo emérito de Tánger
Desempeñar un cargo eclesiástico no es fácil para un católico en tierras musulmanas como las de Marruecos. Si a ese inconveniente se añade la tensión entre el país de acogida y el de origen del prelado la tarea es aún más ardua. Monseñor Antonio Peteiro pasó por todos esos trances durante los 22 años que ejerció como arzobispo de Tánger hasta que en 2005 la enfermedad, el alzhéimer, le obligó a dejar el cargo.