La 'cantante calva' llora a papá
Jacques Derrida deconstruía el concepto, Ferran Adriá la tortilla de patatas y Eugène Ionesco, el lenguaje, "instrumento de exclusión y alienación". En cualquiera de los casos -el sein und zeit heideggeriano, la manduca de diseño o el teatro del absurdo-, el lema parecía ser algo así como "por la desmembración, hacia la esencia", que no es lo mismo que desmembrar impunemente la esencia, ejercicio muy del gusto de algunos políticos de hoy.