Está cabreado. Cree que no le han protegido lo suficiente, que le han dejado solo, cuentan los que han hablado con él. A los plenos ha seguido yendo con resignación. Cuando se sienta en su butaca, lejos del mullido escaño de consejero en el que un día pudo reclinarse, se distrae ahora como puede con el móvil y no habla con casi nadie.
El levantamiento de parte del sumario del caso Gürtel el pasado martes, ha permitido desentrañar una compleja red de favores, obsequios interesados, cajas B, adjudicaciones ilegales de contratos y altos cargos enfangados en una trama que salpica al Gobierno regional y a cinco ayuntamientos. Éstas son algunas respuestas de este Trivial Gürtel.
No hay nada como gestionar bien la imagen. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, es especialista en manejar los tiempos y en transmitir la apariencia de que lo tiene todo controlado. Ésa es la impresión que ha dejado tras gestionar la crisis del Gürtel.
Ya no queda más que el portal de entrada. El resto, una mole de ocho brazos por la que pasaron miles de represaliados del franquismo, cayó bajo la piqueta en octubre del año pasado. La cárcel de Carabanchel es ahora un solar de 172.000 metros cuadrados que Estado, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento se han repartido para construir un barrio de 650 pisos, equipamientos públicos y un hospital.
Adriano Berengo trabaja desde hace 20 años en un taller en Murano, esa pequeña isla de la laguna veneciana donde los maestros artesanos soplan el vidrio de la misma manera que lo llevan haciendo durante siglos, ante las miradas atentas de los turistas. Pero olvídense de los collares, jarrones y lámparas que suelen fabricarse en sus hornos.
Adiós al viejo cliché de que el golf es sólo un deporte para ricos. Hace 50 años -incluso 20- era impensable que un trabajador de clase media accediera a un campo de golf. Ahora los precios se han popularizado, los campos se han multiplicado y el aumento de federados -un 61% desde 2003- prueba que el golf ya no es cosa de unos pocos.