La receta para vender coches es la ayuda directa. Los países europeos que han implantado esa medida son un buen botón de muestra. España podría subirse a ese carro. En un entorno de debacle en el sector, con un retroceso de las matriculaciones del 45,6% en abril y del 43,7% en el primer cuatrimestre del año, las ventas de coches a particulares en Navarra subieron el 28,4% gracias a su plan de ayudas directas.
Más que manifestaciones aisladas, lo de ayer en Galicia fueron gritos de auxilio de un sector gravemente enfermo. Miles de ganaderos salieron a la calle en las cuatro provincias gallegas para reclamar un plan de choque a la Xunta y al Ministerio de Medio Rural, que garantice el futuro de 13.000 granjas.
Si los bancos no son insolventes y la destrucción de empleo se modera un poco, hay motivos para el optimismo. Al menos para los inversores en Wall Street, y por extensión, en todos los mercados de valores. Las Bolsas europeas registraron subidas cercanas al 2% (el Ibex cerró con un repunte del 1,9%), empujadas por las cotizaciones de las entidades financieras.
No es lo mismo asesorar a un cliente sobre sus inversiones que colocarle un producto con independencia de si éste se ajusta a su perfil de riesgo. Esta diferencia, que en la teoría no deja lugar a dudas, no parece que en la práctica la tengan muy clara las entidades financieras españolas.