"No creo que sea bueno que en Badalona haya barrios donde la lengua predominante sea el árabe". Con este criterio, el presidente del Partido Popular de Badalona, Xavier García Albiol, ha comenzado una campaña contra la apertura de un oratorio musulmán en el barrio de Artigues.
Joan Manuel Serrat abarrotó ayer el Palau de la Música de canciones y de recuerdos. Fue un recital insólito. Por su contenido, sólo cantó en catalán y hacía más de tres décadas que no ofrecía un concierto íntegramente en esta lengua, y porque formaba parte de las celebraciones del centenario de la emblemática sala barcelonesa en la que el cantautor cosechó sus primeros éxitos importantes.
Un auditorio lleno, aplausos a rabiar, abrazos y, en el escenario, una hilera de empresarios detrás del orador. No era un acto de campaña, sino empresarial. Lo que debía empezar siendo un encuentro del sector del metal catalán, acabó por convertirse en un clamor de las principales patronales contra las entidades financieras, que siguen con el grifo del crédito cerrado, y la inacción de las administraciones, a las que reclamaron financiación pública directa.
"Esto es horrible. Voy de depresión en depresión. No sé si tirarme el tren o qué hacer. No soy un delincuente. No soy persona de ir a bares. Lo único que hago es fumar". Desesperado, Francisco Aguilera, de 46 años, suelta a borbotones todas esas frases para explicar que no merece un castigo así.
El entorno profesional. Ésa es la pista que siguen los investigadores de los Mossos d'Esquadra para esclarecer el móvil del asesinato de Félix Martínez Touriño, director general de la sociedad gestora del Centro Internacional de Convenciones de Barcelona y que recibió un tiro en la cabeza el pasado lunes.
Terminados los trabajos de instalación de un sistema de protección automatizado en la línea 1, la última. Todas las demás cuentan ya con él. Se trata del sistema denominado ATP (Automatic Train Protection) que, unido al ATO (Automatic Train Operation), también instalado, permite prácticamente la conducción automática del metro. Todas las líneas construidas cuentan ya con él.
MIQUEL JURADO | Barcelona
Son dos parejas de clase media-alta. Tolerantes. Educadas. Cultas. Pero bajo la máscara de lo políticamente correcto esconden una fiereza insospechada. Como ya hiciera en Arte, la dramaturga Yasmina Reza vuelve a forzar las tuercas de sus personajes en Un dios salvaje, una nueva comedia ácida centrada en el universo de la pareja.