Tiene una carrera profesional consolidada, ha trabajado durante años en su empresa y su puesto aparentemente no peligra, pero un día, sin previo aviso, le ofrecen amablemente dejar su empleo. Está a punto de engrosar el colectivo en el que ya resulta mayor para seguir con su empleo y demasiado joven para dejarlo: los prejubilados.
"¡Hola! He visto y vivido cómo un educador estampaba contra una pared y tiraba brutalmente a un niño llamado Antonio que medía metro y medio". Con una letra sin aristas, infantil y llena de faltas de ortografía, una niña ingresada en el centro de menores Casa Joven, de Azuqueca de Henares, Guadalajara, explica en una carta manuscrita de cinco folios su vida cotidiana.
DANIEL BORASTEROS | Madrid
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MIGUEL MORA | Roma
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