El ex de Anne Hathaway, directo a la cárcel
La culpa, en el fondo, la tuvo el demonio. Si no, ¿cómo se explica que Raffaello Follieri, católico devoto, sucumbiera a la tentación del lujo y la riqueza y por el camino defraudara a la Iglesia y a diversos empresarios por una suma superior a los dos millones de dólares?