Beniarbeig cicatrizó ayer una de las peores heridas de la brutal riada del pasado 12 de octubre en La Marina Alta. Lo hizo con la apertura del nuevo puente, que sustituye al que fue destruido entonces por las aguas enfurecidas del río Girona.
Un sábado del pasado mes de julio, en plena temporada turística estival, el servicio de urgencias del hospital Francesc de Borja de Gandia contabilizó más de 300 atenciones. Sólo cinco facultativos atendían el servicio. Las esperas llegaron a una media de siete horas.
Si su dolencia no es muy grave, más vale que se tome un gelocatil. Al menos, si reside en la Comunidad Valenciana. La llegada del calor en verano, el aumento de la población en esta zona turística, y la insuficiente sustitución del personal sanitario provocan una congestión en los centros de salud que se traduce en eternas listas de espera.
SANTIAGO NAVARRO | Alicante
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