Aquel eslogan de "El cine, en el cine" ha quedado estéril. Ahora, en todas aquellas salas donde pudimos soñar con las estrellas vamos a poder disfrutar de otros espectáculos. La ópera, los conciertos de rock, las series de televisión, los videojuegos o el fútbol han decidido dar el salto de los escenarios, los campos de juego y las pantallas televisivas a la grandiosa oscuridad de las salas.
Los estudios sobre gravitación de Newton, el descubrimiento del origen de las especies por parte de Darwin, la teoría de la relatividad formulada por Einstein o el hallazgo de la penicilina impulsado por Fleming han cambiado sustancialmente la vida de todos los seres humanos y su percepción del mundo.
Letras sueltas y relojes de sol. O, lo que podría ser lo mismo, el tiempo y la escritura. Dos temas inspiran la última exposición del fotógrafo Chema Madoz (Madrid, 1958). Dos temas para un propósito constante. Convertir los objetos que enmarcan nuestras vidas en las turbadoras metáforas marca de la casa. En un mundo en sí mismo. Y por esta vez no es un cliché.
Una espectacular vidriera cuya composición abstracta evoca la cruz de Cristo reflejada en el agua ha vuelto a inundar de raudales de luz la iglesia de St-Martin-in-the Fields, una de las más emblemáticas de Londres con sede en la frecuentadísima Trafalgar Square.
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DIEGO MANRIQUE | Madrid
EL PAÍS ofrece mañana, por un euro, el primer libro-CD dedicado a 'La Voz'