"¡Tú hoy no juegas, rusiana!"; "¿Qué miras, negro?". Quienes hablan así no son adultos ni xenófobos camuflados a los que traiciona el lenguaje. Son chavales de primaria que se dirigen así a sus compañeros, españoles adoptados y nacidos en Rusia, en India, en Colombia o Etiopía.
"La Iglesia no quiere imponer la fe cristiana ni la moral católica. Las ofrece con franqueza y valor a todos". Esta frase del presidente de los obispos, Ricardo Blázquez, acaparó ayer la atención principal apenas terminado su discurso de apertura en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
PERE RÍOS | Barcelona
La juez equipara a los profesores con la policía y dicta condena por atentado
MALEN RUIZ DE ELVIRA | Madrid