Nadie se preguntaba qué sucedió con los músicos judíos, por qué se borró del frontispicio de la sala de conciertos y del repertorio a Mendelssohn y, sobre todo, por qué tocaban cada año en el cumpleaños de Hitler, en las reuniones del partido en Núremberg o en la apertura de los Juegos Olímpicos de 1936. Esas cosas, simplemente, sucedían.
Los peores presagios para la industria de Hollywood se confirmaron ayer por la noche. Como se temían los grandes estudios de cine y televisión, los guionistas -es decir, los 12.000 miembros del sindicato que surte de contenidos a la industria del entretenimiento estadounidense y de medio planeta- convocaron un paro indefinido que arrancará el lunes.
SANTIAGO BELAUSTEGUIGOITIA | Sevilla
XAVI SANCHO | Barcelona
La muerte violenta de su 'mánager' es el último capítulo en la historia maldita de la banda de 'punk'