La jornada de ayer fue especialmente ruda en la guerra de declaraciones y acciones judiciales que mantienen el arquitecto Santiago Calatrava y los alcaldes de Valencia y Bilbao, dos de las ciudades donde tiene obra. En el caso valenciano Rita Barberá (PP), eximió de toda responsabilidad al Consistorio en el desastre de las inundaciones del Palau de les Arts y sugirió que la culpa es del arquitecto.
El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides, reza el popular dicho. Bien, pero la Gran Esfinge, centinela inmemorial de las tres grandes montañas artificiales de los faraones en la meseta de Giza, sin duda teme al tiempo: está acabando con ella, royéndola como un gran perro a un hueso descarnado.
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DIEGO A. MANRIQUE | Madrid
ROBERTA BOSCO | Barcelona
La Fundación Miró exhibe la visión de la figura humana en el siglo XX