Cecilia Bartoli acerca al Real la brillantez de su 'Opera proibita'
J. RUIZ MANTILLA | Madrid
Pese a ser la reina de la bravura, de la variedad de colores en la voz -"un cantante debe ser como un pintor", asegura-, de la catarsis de la emoción barroca, Cecilia Bartoli confiesa que lo que más le emociona sentir en un teatro es "el silencio". Ese momento en que el público queda sin habla, como en una liturgia, es lo que desea provocar hoy en el Teatro Real con su recital, tras 15 años de ausencia en Madrid.