Muere Cabrera Infante, el mago de la palabra
Guillermo Cabrera Infante murió ayer en Londres a los 75 años. Primero fue una operación de corazón, luego se le fastidiaron los riñones y hace poco, una tonta caída y la rotura de cadera que lo devolvió al hospital, con el que se había familiarizado en los últimos tiempos. Su frágil salud no resistió el nuevo descalabro. Se ha ido así un gran virtuoso de la lengua, un hombre ingenioso y travieso que hizo con las palabras lo que quiso, sacando de ellas no sólo el humor que desencadenaban cuando las juntaba, sino también una honda ternura y una fina elegancia para dar cuenta de las viejas historias que afligen y hacen felices a los hombres.