Buena ventura para los novios
VERA GUTIÉRREZ CALVO, JUAN A. AUNIÓN | Madrid
Buenaventura Pérez, cocinera de profesión, tiene 62 años y hace cinco tuvo que prejubilarse "por la artrosis". Pero ha pasado los últimos dos días, con sus noches, clavada como un poste frente a la valla que rodea la catedral de la Almudena. Vestida con el traje típico de su ciudad, Toledo, y con un endeble paraguas por todo equipaje. Sin saco de dormir, sin un simple cojín, sin un libro o un transistor para hacer más leve la espera.