De repente, la vanguardia entró en las casas de los pobres. Se pusieron de moda los cactus y los papeles pintados con motivos cubistas. La publicidad incorporaba la fotografía y modernas tipografías e incluso en los envases de detergente se realizaban innovaciones gráficas.
"La poesía es lo más importante para mí. Leo más poesía que novela. Y mis poemas son la sede principal de mi empresa. Mi prosa, el resto de mi obra, los ensayos, cuentos de viajes, novelas, artículos, son sólo las sucursales. Jamás habría escrito como escribo sin la poesía".
Ocho bocetos, seis modelos y un tapiz componen Rubens: la historia de Aquiles, la exposición que desde hoy y hasta el 29 de febrero descubre en el Museo del Prado una de las muchas facetas que desarrolló Rubens (1577-1640) a lo largo de su vida.