Una mente única
No es por competir, pero del mismo modo que Aznar se llevó a Menorca las memorias de Churchill (un autor que 'releo mucho', dijo con toda seriedad, 'para comprender nuestra época'), yo me traje a mi lugar de descanso la Biblia para comprender a Dios. Pero continúo atascado en la torre de Babel, preguntándome cómo un relato de apenas 15 líneas explica, mejor que cualquier libro escrito nunca, ese instante en el que a los hombres se les rompió la realidad en mil pedazos, como un jarrón de porcelana, y comenzó la historia del fragmento.