Las fiestas de la Mercè de este año son especiales. Son las primeras del milenio pero, sobre todo, comienzan bajo el signo de la conmoción que han provocado en todo el mundo los atentados de Estados Unidos. Es una sensación aún tan viva que el paso de una de las escuadrillas de aviones que participará en la Festa del Cel originó ayer caras de incredulidad y miedo en pleno barrio gótico.
Jordi Pujol dio ayer instrucciones muy taxativas al portavoz de CiU en el Congreso Xavier Trias: o el Partido Popular acepta las 25 enmiendas presentadas a la Ley de Estabilidad Presupuestaria o los nacionalistas votarán en contra y, además, recurrirán la norma ante el Tribunal Constitucional.
La edición de EL PAÍS de Cataluña ofrecerá a sus lectores a partir de este domingo, 23 de septiembre, el coleccionable Gaudir Catalunya, una gran guía escrita en catalán que refleja en sus páginas de forma amena, práctica y ordenada la amplísima oferta cultural y de ocio que existe en esta comunidad, desde espacios naturales y pueblos de interés hasta alojamientos singulares.
Una auténtica aglomeración humana marcó el inicio festivo de la Mercè 2001. Si la Guardia Urbana calcula que la plaza de Catalunya llena puede albergar unas 60.000 personas, bastantes más se apretujaban en el corazón de la urbe cuando, a las 23,30 horas, Manu Chao irrumpió en el inmenso escenario con una hora de retraso sobre el horario anunciado (solventado con un telonero de última hora).