Los robots entran en el quirófano La incipiente cirugía cardiaca por control remoto busca ganar precisión y reducir el traumatismo
La mayoría de las operaciones de corazón las acabarán haciendo robots cuyos brazos, controlados por un ordenador, se insertan a través de orificios del tamaño de un lápiz practicados en el pecho de los pacientes. En lugar de mirar dentro del cuerpo del paciente, los cirujanos verán imágenes aumentadas de la operación en una pantalla. En teoría, el médico no tendría que estar en la misma habitación, ni siquiera en el mismo país, que el paciente. La técnica ya ha sido probada en Alemania, EE UU y otros países para operar el corazón, pero puede servir para otros órganos. La cirugía asistida por robots puede resultar más precisa y menos traumática que la convencional, pero los cirujanos creen que faltan todavía de cinco a diez años para conseguirlo.