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Un estudio genético descubre que vascos y bereberes tienen un origen similar

Los españoles guardan más similitudes con los norteafricanos que con los europeos

El análisis genético comparado de poblaciones vascas, del resto de España, sardas y argelinas ha llevado a la conclusión de que en los vascos predominan los genes de las poblaciones iberas iniciales, que escaparon en parte a las invasiones celta, romana y árabe posteriores. Entre sus antepasados predominarían, según los genes HLA estudiados por científicos españoles, los norteafricanos blancos de hace más de 10.000 años, de los que descienden los actuales bereberes. El resto de los iberos se mezcló más con los invasores, sobre todo celtas y árabes.

Estudiando la frecuencia de los genes HLA se puede elaborar el árbol de parentesco de las poblaciones humanas a lo largo de la historia. Es lo que han hecho los investigadores dirigidos por Antonio Arnaiz, catedrático de la Universidad Complutense, en vascos de San Sebastián, españoles de Madrid y argelinos de Argel. Ahora se están haciendo estudios similares en la población del Marruecos.Los HLA son genes muy variables que se utilizan para singularizar personas en estudios de paternidad y poblaciones en estudios antropológicos y para elegir las parejas donante-receptor en los trasplantes. En anteriores estudios se había encontrado que los vascos, sardos y el resto de los españoles están más cercanos en el árbol de parentesco a las poblaciones africanas que al resto de las poblaciones europeas, y apuntaban la existencia de un parentesco preneolítico entre ellos.

Por el Estrecho

El estudio de los genes HLA en una población de Argel, el primero que se hace con este detalle, señala Arnaiz, demuestra que los argelinos tienen un gran componente de genes de la población blanca paleonorteafricana (los actuales bereberes), que ocupaba el territorio norteafricano antes de las invasiones árabes del siglo VII. El parentesco genético de los argelinos resulta así ser muy estrecho con la población española en general, con los vascos y también con los sardos, otra población que se ha mantenido relativamente aislada, por su insularidad.Esto demostraría o bien que los iberos poblaron en alguna época preneolítica el norte de África o bien que pobladores blancos norteafricanos cruzaron el estrecho de Gibraltar hacia la península Ibérica. Lo último sería más probable, debido a los cambios climáticos que dieron lugar al actual desierto del Sáhara.

El origen común genético de vascos y argelinos casa con las similitudes encontradas por algunos lingüistas entre las lenguas vasca y la bereber, hablada por los miembros de este grupo étnico que viven en la actualidad en el norte de África.

Estos resultados han sido presentados en el congreso sobre Genoma Humano Europeo, celebrado los pasados 9 y 10 de noviembre en Barcelona, donde fueron corroborados, según Arnaiz, por otros dos trabajos, uno de ellos sobre el cromosoma Y de sardos y vascos, y otro con referencia a los argelinos. Los trabajos han sido publicados en revistas científicas, los últimos en Human Inmunology y Tissue Antigens, este año.

Para la muestra de vascos españoles se han tomado 82 personas de San Sebastián con apellidos característicos vascos en la últimas tres generaciones. Para el resto de los españoles se han tomado 176 personas de Madrid, consideradas como muestra representativa de la población española en general dada la gran inmigración que ha habido desde que dio comienzo la revolución industrial

Aislado genético y cultural

En el caso de los argelinos se ha partido del estudio del ADN de 106 ciudadanos de Argel que no habían recibido genes europeos durante al menos tres generaciones. Los estudios han sido financiados en parte por el Fondo de Investigaciones Sanitarias.De acuerdo con los estudios, los vascos representarían un aislado genético y cultural relativo de las poblaciones iberas iniciales. McEvedy y Jones, en su Atlas de poblaciones, recuerda Arnaiz, parten de que los habitantes antiguos de la península Ibérica recibieron una mezcla significativa de genes de los celtas de Centroeuropa (50% de nuevos genes) durante el primer milenio antes de Cristo. Luego las aportaciones de otros invasores fueron más bien comerciales y culturales que genéticas, con la excepción de la de los árabes, que en número de unos 30.000 (entre ellos muchos bereberes) se mezclaron con los aproximadamente cuatro millones de habitantes de la península Ibérica en el siglo VIII.

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