Agapito Gómez Villa. Ahora que me voy de vacaciones y hace tanto calor, también yo quiero dejar echado mi cuarto a espadas en lo del señor García, don José María, que ya va oliendo un poquito a... chamusquina el asuntillo.La última nos la dan los periódicos en el momento de comparecer, cohorte incluida y rostro de héroe apesadumbrado, ante el, magistrado de Madrid. que, aplicando "bondadosamente la ley" (aplíquese el cuento), difiere -cómplice- la ejecución de la sentencia ante una petición del abogado Jiménez de Parga, para cuya resolución se declara incompetente o se inhibe a favor del juez de Zaragoza, quien, a su vez, ganado el tiempo preciso -oficio va, oficio viene (podría utilizar el fax, al menos)-, dirá sí o no, cuando ya el Consejo de Ministros se haya encontrado en el brete de resolver el viernes próximo.Esto, como diría el mismo García, es absolutamenteee... intolerableee..., señores... A esto hay que llamarlo práctica dilatoria o ganas de marear el expediente o volver loca la balanza, si le parece menos fuerte.¿Que todos los españoles somos iguales ante la ley? Sí, pero mutatis mutandis, es decir, según y conforme, depende, acaso, quizá...¡Ay, si en lugar del señor boquirroto García hubiere sido un pobre desgraciao de los que por el mismo delito del Segismundo de don Pedro Calderón de la Barca andan por esas zahúrdas de Plutón, muy, a su pesar! Y lo sangrante de la cuestión es que en parecidas circunstancias condenatorias yo podría presentárselos por docenas. Con ciertas atenuantes, por cierto: que apenas si se defienden leyendo, escribiendo o hablando, mire uhté; tampoco andan muy sobrados de dinero, ni tuvieron la oportunidad de la remisión condicional en su primera condena, ni, por supuesto, corrompen tanto el lenguaje..., ni..., en fin.Él lo ha dicho. Lo suyo es desde no sé qué momento -desde el principio, yo bien lo sé- un asunto político. Pero, ¿y la justicia?, ¿y los jueces? La primera, a decir de algunos en su día (yo no lo creo tal como se dijo), fue cachondeo o coña marl nera. Los segundos pasaron por no ser exactamente, la Santa Hermandad y sí arrieritos somos y en el camino nos encontraremos. Ahora, con lo del juez Ruipérez, la justicia deviene en arte de lo posible, de lo probable, de lo mutable, o sea, política. Así que, luego, no se extrañer. ustedes de que, aprovechando que el Guadiana pasa por Mérida, venga un día de éstos un representante del pueblo -un hombre, un voto, en toda tierra garbanzos- y pida un indulto medio general para los pobres guripas a que antes me refería. Y yo tendré que adherirme a su voluntad, mal que le pese aPasa a la página siguiente Viene de la página anteriorla señora Constitución y a algunos otros que, naturalmente, no piensan como un servidor en éste ni en otros asuntos como éste. Tiene que haber gente para todo. O no.- José Antonio Martín. | Cáceres.
Jesús Peco. | Alcoy, Alicante.
Bernardo de Mesanza Ruiz de Salas | Getxo.
Michael J. Walker. | Murcia.
Emilio Garrido. | Ontinyent, Valencia.