El Gobierno Suárez superó ayer la primera votación de censura, planteada por los socialistas, pero en el rechazo de la misma sólo contó con los votos de sus diputados (166), frente a 152 en favor de la moción (socialistas, comunistas, andalucistas y tres diputados del Grupo Mixto). Las veintiuna abstenciones, de la Minoría Catalana, Coalición Democrática y seis diputados del Grupo Mixto, pusieron de manifiesto la soledad del Gobierno, dato especialmente destacado por Felipe González y otros líderes de la oposición al término de la sesión de ayer. Por su parte, Adolfo Suárez manifestó que no estaba en su ánimo plantear la cuestión de confianza, a pesar de los requerimientos que se le hacen para ello.
En una reunión auténticamente maratoniana, que duró desde las tres de la tarde del pasado jueves hasta las diez de la mañana de ayer, viernes (es decir, dieciocho horas), los ministros de Asuntos Exteriores de los nueve países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) encontraron una fórmula de compromiso que satisface las demandas británicas de disminuir drásticamente su aportación al presupuesto comunitario, sin dar la sensación de que se someten simple y lisamente a las exigencias de la dama de hierro, la primera ministra Margaret Thatcher.
La detención de dos libreros y el registro de varias casetas por parte de la Policía Nacional en busca de ejemplares de El libro rojo del cole hacen peligrar la continuidad de la Feria del Libro, inaugurada oilcialmente ayer en Madrid. En este primer día de la feria, un grupo de hombres y mujeres, con los rostros cubiertos por la carátula que simboliza la lucha por la libertad de expresión, acompañaron a la comitiva que presidía el director general del Libro bailando y gritando eslóganes contra la represión en el sector editorial, y en particular, por el secuestro de El libro rojo del cole. Las casetas cerraron al irrumpir la Policía Nacional, Y los editores y libreros decidirán hoy, en asamblea, la continuidad o cierre de la feria.
El Gran Premio de España de Fórmula 1, que deberá disputarse mañana, domingo, en el circuito madrileño del Jarama, podría no ser puntuable para el Campeonato del Mundo de la especialidad, como en teoría debería ser. Puede que incluso dicho Campeonato del Mundo no siga disputándose el resto de la temporada, cuando falta aún la mitad del calendario por cubrirse. Las incompatibilidades entre el presidente de la Federación Internacional, el francés Balestre, y el de la Asociación de Constructores de la Fórmula 1, el británico Bernie Ecclestone, al canzó ayer el límite de la ruptura total y definitiva entre ambas partes.